Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción
Adiós al mar, adiós al buen tiempo, adiós a los ritmos pausados, adiós a la tanquilidad y ante todo adiós a los desayunos europeos, copiosos y variados.
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