Distinto, porque había olvidado que es correr lloviznando, y como disfruto con estos días en los cuales no hace calor, ni frío; donde el aire parece nuevo, dando la sensación de relax; dejando apariencia de sosiego, prestando solo atención donde pisas; disfrutar del trote y dejar que el agua limpie el juicio. Más tarde con el paso de los minutos del entreno, y contagiado por el bienestar del momento, inconscientemente se acelera el paso, para de esa forma acabar contento la sesión.
11,1 km en 1:05:45 con 147 ppm (8:07) 6ºC / Jazz 12
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