Soy algo cabezón, lo reconozco y si por la mente se cruza la estúpida idea de cambiar la hora del entreno, no dudéis que tarde o temprano lo realizaré. Por ello esta mañana al despertarme y debido al cambio producido en el termómetro estos días, he decidido cambiar la hora del entreno a la tarde. Pero el cambio no es para dormir más, descansar más, sino todo lo contrario, es para acostumbrar al cuerpo a entrenar con calor, es el inconveniente que tenemos los asmáticos, que cualquier cambio ambiental repentina lo acusamos y nos cuesta mucho la adaptación.
Al salir hoy a entrenar me he llagado asustar 26ºC marcaba la marquesina, la diferencia son casi 20º con respecto a la hora a la que entreno. Como la luz dura mucho más tiempo he tomado dirección CdC y como tocaba cuestas me he dirigido directo al camino que asciende al cerro de Garabitas, y me he tomado un tiempo para que el cuerpo y la garganta casi seca se acostumbrara al calor y al nuevo horario. Pero al introducirme en el paraje se ha notado un pequeño descenso de la temperatura lo cual se ha agradecido durante la subida y transcurso hasta el paseo de los plátanos, al llegar al lago he repetido el final del otro domingo.
Lo peor tener que sortear a mucha gente durante el transcurso del entreno.
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