... perder la cabeza o que empiezan a surgir los nervios.
Hoy tocaba entreno tranquilo, e incluso había convencido a Luisa para que me acompañara, pero pronto se ha desvanecido la esperanza, y sin darme cuenta la hora, el tiempo se había echado encima. Y he pensado que me vendría bien un entreno pausado y seguir con la aclimatación al verano anticipado que estamos sufriendo.
Por ello a las 11 de la mañana estaba trotando por la rivera, y tengo que confesar que le estoy empezando a tomar manía a este paseo descontrolado y peligroso en el que se ha convertido la nueva rivera del manzanares, incluso en un momento dado casi cambio de deporte; dejando a un lado el running por el boxeo (o un simulacro del mismo), pero nos hemos contentado ambos con improperios mutuos. Y creo que todo ello, lo debo al calor, pues como os he dicho hay que estar loco para salir a esta hora e ir durante todo el trayecto dándome el sol, cuando uno sólo ve la luna normalmente.
Hay que ir colgando cierta ropa.
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