Vuelvo a sentirme un globero, y me alegro por ello.
Desde mediados de marzo, llevaba sin calzarme la "jazz" (ni estas, ni ningunas!!!), y ya las echaba de menos, han pasado más de cuatro meses y el cuerpo me pedía soltar adrenalina, pero esta vez algo mas pausado, con prudencia y al trote cochinero.
Lo que no ha cambiado es la hora del entreno, la diferencia es considerable, no solo la temperatura y la luz, sino lo que más quebraderos de cabeza me producía era la ropa de entreno, y mirar antes de salir "Accuweather" por si tenia poco con lo preparado por la noche. Sin embargo ahora, una simple camiseta, un pantolocillo y a disfrutar del amanecer, vigilando las espaldas por si algún viejecillo con garrota me adelanta por la derecha.