Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

El calor se hace patente, apetece salir a la calle y disfrutar de ella. Puede que ese sea uno de los motivo de la gran afluencia de ciclistas en la bicicrítica de la jornada de hoy. La verdad es que fue agradable, quizá algo lenta, con muchos parones y embotellamientos (es la única forma de hacernos notar). Como es habitual, salida de neutralizada como dirían en la jerga de las grandes vueltas, desde Cibeles a Atocha y vuelta hasta la calle Alcalá, la cual recorrimos casi en su totalidad hasta la plaza de Manuel Becerra, donde se produjo el gran caos al intentar girar hacia Francisco Silvela. En este punto hubo que levantar las bicis a pulso y cruzar entre los coches impacientes e intorentes (no es mas sencillo dejar pasar y esperar durante 20 minutos), con lo cual hubo embotellamiento durante más de 3 cuartos de hora y donde nos arrojamos flores verbales mutuos hasta la parada y sentada en el cruce Francsico Silvela y Principe de Vergara.
Después como era tarde y había que madrugar al volver a Cibeles, paramos Julian y yo para despedirnos y a su vez para tocarle los "cataplines" a un policía, pues no me dejaba andar con la bici al lado por la acera junto al nuevo y "caro" ayuntamiento.
Lo mejor tener una excusa para compartirlo un buen rato con un amigo.


Ayer salí de la charla de Alfredo con una sonrisa en la boca, nos dedico un cuento, cuyo personaje era el mismo y la aventura era su vida, esta narración estaba repleta de anécdotas, amigos, nostalgia y gorras... Contemplado su destreza en las diapositivas que pasaban detrás de él mientras nos entretenía, me hizo gracia cuando nos comunicó que él hacía caricaturas del paisaje, vénditas caricaturas...

No sé si fue el calor, la multitud o que el día de hoy no tocaba. Pero no me encontré cómodo dibujando en toda la mañana, me encontraba maniatado, la proporción no conseguí resolverla y tuve cierta pelea interna entre mi subconsciente y mi vista, mientras una decía imagina, la otra insistía en que esas líneas de fuga eran imposibles.

¿Puede ser sol?

Comencé la mañana sentado en un escalón de una administración de lotería cerrada, desde allí contemplaban el edificio de la Comunidad y me ilusionaba poder completarlo con un dibujo panorámico hasta la calle Mayor. Durante un rato me encontré cómodo y vigilado por un comerciante del local de al lado (están muy expectantes a cualquier aglomeración...), pero más tarde me sentí maniatado por el lugar escogido, al sentarme al lado derecho de la entrada no me percaté de que mi brazo estaba mermado de movimiento y para cuando quise darme cuenta unos padres estaba sentados a mi lado contemplando, mientras que el niño para llamar mi atención llego apoyarse en mi espalda. Para terminar de decidí cambiar de 4 hojas para la visión panorámica a 3, lo cual afectará al resto de la mañana al no poder apoyar una de las hojas en el cuaderno, hay mañanas que no....

Jorge dibujando Sol


Odio las tazas de café que son más pequeñas que la cuchara
y no se puede dar vueltas.


Frustrado y después de saludar a Jorge Arranza, el cual nos acompañaba en el día de hoy, me dirigí a una cafetería, para tomar algo e intentar desconectar, luego decidí sentarme en el suelo, apoyarme sobre un pilar de unos de los arcos de la calle Toledo que da a la plaza mayor y dibujar lo que observaba, mientras subía el volumen al ipod para desconectar del bullicio y de las miradas que tanto me afectaban en el día de hoy. En un principio creía haber resuelto el problema pero el error ha vuelto a parecer al no poder encajar una parte... la cabeza ha empezado a murmurar que no, que no... Y no digamos lo frustrado que me he sentido luego frente al Mercado de San Miguel, donde hasta un niño me ha preguntado ¿Que haces...? como diciéndome no sé que dibujas... ni yo !!!

Arco que da acceso a la Plaza Mayor desde Calle Toledo.


Mercado de San Miguel.


Llega la hora de la verdad, colocar los trabajos en el suelo y comentar; y como la zona está plagada de curiosos, turistas y nada suena a extraño una de las tantas personas asomadas, a tomado entre sus manos un cuadernillo y lo ha ojeado descaradamente sin reparos. Tengo que reconocer que es momento preferido de la jornada, pues aprovecho para disfrutar de los trabajos de los compañeros y observar como resuelven los problemas que yo he tenido. Una gozada.

Un curioso....



Con la idea de levantarme temprano y con tiempo suficiente para realizar en completo el carril bici me acosté ayer, pero claro no se tiene en cuenta que el calor hace la función de ese vecino que de vez en cuando da por cu... y no deja dormir.
Por ello más tarde de lo previsto me he ido con dirección al Parque lineal del Manzanares, donde buscaría continuar con el anillo ciclista y experimentar la periferia de la ciudad. La primera impresión no es excesivamente buena pues se circula por un desalojado poblado hasta llegar al parque de Entrevias. Terminado esta zona llegamos a la subida prolongada del Parque lineal de Palomeras que circula junto a la Avd. Miguel Henández hasta la Avenida del Mediterráneo donde intenté meter el plato grande y me fue imposible; debido a las constantes obras de remodelación del edificio del trabajo, no he limpiado ni engrasado mi pobre burra. Por ello me lo tomé como una muestra de protesta, por ello circulé el resto del recorrido con plato mediano y tercer piñón como mucho para no aturdir al resto con mi música chirriante de cadena y desviador. Después de varios despistes y pérdidas durante el trayecto que discurría por las zona de Valdebernardo, las Rosas y las Musas; donde ya iba calculando si debería volver o prolongar la marcha hasta realizar el circuito completo (65 km aprox.), en frente apareció el estadio de la Peineta, y me animé, pensando que podría completarlo, pero al mismo tiempo que lo pensaba me encontré con el puente que daba al estadio cerrado; de esa forma nadie podrá despertar el espíritu deportivo del que presumimos.
De alguna forma me tranquilizó, pues como aún sigo sin movil y no le había comentado nada a Luisa de mis intenciones, la vuelta forzosa no implicó ninguna revés, es más creo que reconfortó poder volver sin preocuparla demasiado por el retraso.
Divertida vuelta, las piernas están descansadas, y el trasero se está habituando a estar más de dos horas sentado. El cricuito no esta mal, aunque sigue teniendo el inconveniente de los cruces, la estrechez de la calzada, pero que me está descubriendo nuevos lugares para poder correr cuando retome la actividad "runnera", el calor es excesivo y habrá que madrugar y salir antes, y espero poder encontrar; como era la primera intención, el enlace con el carril bici de San Martín de la Vega.

43,52 en 2:07:23 con 145 ppm


Que mejor forma de refrescarse que con buena fruta.

Aprovechando el día de fiesta, me desperté pronto para salir con la bici e ir tomando gustillo a esto del pedaleo. Pero el calor se hace notar y el típico desayuno no sienta igual todos los días, por ello después de cierto retraso me dispuse a estrenar equipación con colores que esquiven el calor como es el negro (cuando a uno le gusta un color es dicífil...)


¿El color que menos absorbe el calor? El negro, no !!!

Como era día festivo la CdC estaba repleta de grupos y parejas circulando con sus bicicletas y estrenando temporada estival. La primera idea era continuar hasta el circuito de bicis de Colmenar e intentar hacer sobre los 50 km, pero viendo el tiempo perdido en la salida y el que he perdido por culpa de los grupos he decidido volver a CdC y hacer subidas, que en estas cosas la gente no es tan atrevida. Además no me gusta ir detrás de los grupos de "domingueros" porque tamponan la calzada sin permitir el paso, circulan a tirones y frenan sin esperarlo. Al llegar al final de Garabitas y comprobando que hacía mucho calor y he decidido cambiar el ritmo, y pasear desde allí hasta el Parque lineal del Manzanares, algo que me quedó pendiente el sábado pasado. Lo peor es que hay que circular por la ribera del manzanares, y a esas horas hay gente con todo tipo de ruedas, en grupo, andando en dirección contraria (ni que estuviéramos en la carretera) y las demás especies que ya comentaré en otro día. Al llegar al parque he buscado la forma de subir a lo alto del parque, cuesta pronunciada paro no demasiado larga y que desde la distancia intimida más (la contemplo cada vez que viajamos al pueblo o volvemos de él). Al llegar arriba he contemplado Madrid en todo su explendor y me he acordado del carril ciclista que me había comentado Fernando, he mirado el reloj y como no quería volver muy tarde he retomado la vuelta a casa.

33,88 km (20 km/h) en 1:38:34 con 148 ppm

El cuaderno es un ejercicio, un ejercicio personal, donde mostramos nuestras dudas, dilemas, miedos...
El dibujo tiene que no hay prisa, y suceden cosas mientras dibujas ...
Antonia Santolaya, 18 de junio de 2011

Nuestra mente juega con nuestras sensaciones, nuestros miedos y nuestras ansiedades. Por ello durante toda la mañana de hoy he estado inquieto, nervioso hasta que ha llegado la hora y me he apartado del grupo buscando mi hueco en la plaza de Tirso de Molina. Llegado el momento y encontrado el punto que quería representar, he abierto el cuaderno que me dieron ayer (mi primer cuaderno de viaje); y he sentido cierto pánico, pánico a manchar el cuaderno, y saber que quedará plasmado, no como en un bloc de anillas, que arrancando lo que desagrada el cuaderno queda inmaculado. Sin embargo, ese miedo ha desaparecido al ponerme los cascos, al tomar el lápiz en mis manos y comenzar a tirar líneas de encaje en el tapiz ahuesado apoyado sobre mis rodillas.

!!! Manchemos !!!

La plaza tiene multitud de farolas juguetonas que me han facilitado la labor de la perspectiva, pues aún me cuesta encontrar el punto exacto de fuga en algunas estampas. Pasadas casi dos horas, y como el cuerpo está acostumbrados a la rigidez del horario laboral, me pedía un buen café, que me mantuviese en alerta y con los ojos bien abierto para absorber el barrio de Lavapies, por ello me acercado a una cafetería con la intención de volver al mismo punto para proseguir y terminar de encajar la perspectiva panorámica que había decidido para la plaza. La idea del grupo era comenzar en La plaza de las flores de Tirso y bajar por Mesón de Paredes y reencontrarnos en varios puntos hasta la plaza de Lavapiés.

... casi dos horas después ...


"Paseantes" observadores.


Pero la idea ha desaparecido al encontrarme con una compañera que se dirigía al punto de reencuentro, y que me ha hecho cambiar de plan por miedo a no volver a encontrar al grupo en toda la mañana. Al llegar nos hemos encontrado con casi todos dibujando la plaza de Cabresteros, y he buscado un rincón en unas escaleras donde se encontraban algunos de nosotros "paseantes". Y donde hemos tenido una escena parecida a la comentada ayer por Antonia Santolaya, donde nos narró la divertida escena en Argelia, en la cual algunos niños le insistían para que les dibujase y se peleaban por cual de ellos era el mejor. Esa escena que piensas que solo puede ocurrir en territorios lejanos, alejados del mundo individual, encorsetado y tan bombardeado de imágenes y donde todo es fugaz. Sin embargo, a pocos metros de casa; absortos o insimismados cada uno en su labor, y viendo cada uno de forma diferente el mismo lugar; un grupo de “africanos” observaban con cierto disimulo el dibujo de uno de los compañeros, el cual les estaba dibujando, y a su vez un hindú que observaba desde un segundo plano, se ha animado a sentarse junto a nosotros, durante un primer instante a mirado nerviosamente los cuadernos, el mío y el de mi compañero, y al ver que yo era más paisajístico (por denominarlo de alguna manera), se ha decantado por el de mi lado y le ha insistido en que le dibujase, por lo cual se ha dibujado en mi cara una mueca, y he pensado no estamos tan lejos de esos lugares descritos por Toñi.


Mi forma de ver la plaza de Cabresteros


Magnifico recurso utilizando el negro de fondo para dar color a la piel.


Más tarde hemos descendido hasta la plaza de Agustín Lara, donde casi todos hemos coincidido en representar la fachada de las ruinas de las Escuelas Pías de San Fernando; para alejarme de las miradas he buscado un lugar donde tenía de frente las ruinas y desde donde era imposible que nadie pudiese colocarse en frente, pasado un rato hemos oído sonidos de tambores dirigiéndose a la manifestación de Neptuno, que nos han contagiado su ritmo y el trazo se ha vuelto inquieto, juguetón y hemos coincidido en reconocer la alegría trasmitida por sus ritmos

Ruinas de las Escuelas Pías de San Fernando


Mostrar los grandes trabajos y mejores planteamientos.


La conclusión es positiva, estoy más suelto y el ojo comienza a tener paciencia para observar con detenimiento, y que el formato elegido la semana pasada (con el que no me encontré cómodo en ningún momento y llego a agobiarme), ha quedado claro que fue demasiado pretencioso por mi parte, después de tanto tiempo sin hacer nada y ser el primer día. Y espero antes de que termine el ciclo que me atreva a introducir algo de color e ir encajando con el rotulador directamente. Paso a paso como en running. Como os digo me deja muy buenas sensaciones y cargas las pilas de adrenalina, lo cual he aprovechado para tomar la bici después de un merecido descanso después de comer. Y he disfrutado muchísimo, me he metido caña, y las piernas hasta pasada la hora han respondido de maravilla.
Los dolores de la pierna casi han desaparecido, ahora tocan agujetas en los brazos.

Datos ciclistas:
25,31 km en 1:14:50 (20,3 km/h) con 120 ppm

Y ayer, intenté recorrer el anillo ciclistas, pero abandoné desesperado con tanto cambio de acera, rotonda y semáforo de la zona de Pitis
32,05 km en 1:34:10 (20,4 km/h)con 135 ppm

Dos claves:
1.ª: Tener la mente en blanco. La intuición toma la decisión.
2.ª: No se hacen apuntes, ni encajas, hay que dibujar como los críos a lo bruto. Lo importante es que cuente algo. Solo existe el "Aquí y ahora; no hay pasado ni futuro".

... Y tener presente que el trazo muestra un estado de ánimo, de emoción.
Jorge Arranz, 11 de junio de 2011.

Con estas dos claves me desperté el domingo, con mi horario habitual de corredor. Me dirigí a la cocina y desayuné con prisa, los nervios me hacían engullir los cereales, sin haber terminado de masticar el plátano. Creo que intentaba paliar el hormigueo de los nervios con la comida.
Por delante quedaban 3 largas horas de espera hasta las 10, junto a la cafetería del Bellas Artes, punto de encuentro del grupo. Para intentar relajarme, procuré recordar la charla de Jorge Arranz en la tarde de ayer, y contagiarme de esa ilusión por le trazo con la que nos hizo disfrutar en su amena charla. Pasado un rato, me dispuse a preparar todo lo necesario para la excursión, al tomar en mis manos unos cuantos lápices comprados en día de antes recordé fugazmente la contestación de una persona del museo a mi pregunta: "¿Hace falta algún material específico? –No, solo con lo que tu dibujes–" Joder!!, si llevo casi diez años sin tener ninguno en mis manos, por ello me puse a buscar con urgencia entre las cajas, los lápices acuarelables con la estúpida idea de que "esos ya me conocen, no tengo que domesticarlos", sin embargo al encontrarlos, les soplé con fuerza para quitarles el polvo y la nostalgia, pero en ese mismo soplo hizo reanimar fantasmas y miedos; por lo que opté por volver a guardarlos en el mismo sitio.
Con mi mochila habitual de las carreras y llena de nuevos materiales, con propuestas ilusionantes, y con un rincón reservado para los temores e inquietud, me dirigí a la Gran Vía y su confluencia con Alcalá. Durante el viaje intentaba acomodar mis oídos a un ritmo sosegado que calmase mi ansiedad por retomar una actividad que de niño me había proporcionado tanto relax como imaginación. Al llegar al lugar, se encontraban conversando Jorge y un "paseante" como yo, cargados ambos con su cuaderno de viaje en la mano esperando ser rellenado. Durante la agradable espera Jorge nos dice "Jo!!, son casi las diez, esperamos unos 5 minutos más y nos ponemos a dibujar. ¿No teneis ganas?"; si yo te contase me dio ganas de contestarle, mientras las piernas comenzaban a temblar mientras miraba y oía a mis compañeros "paseantes".
Dado el pistoletazo de salida, busque un enfoque de la Gran vía, y me dije "este es perfecto", me da profundidad de campo, no existe gran contraste de luces; y como carecía de cuaderno de viaje, mi bloc agenciado para la ocasión era grande de formato como para cubrir dicha vista. Comienzo tranquilo intentando que la intuición decida; pero esta se encuentra tan dormida que no se despierta ni gritando fuertemente en mi interior, por lo que decido después de un tiempo de contemplación que dibujaré a lo bruto como los niños pero repasando las veces que sean necesarias las líneas hasta que me dé confianza. El primer tacto del lápiz es extraño, lo tomo con cuidado entre las manos y le presento al papel, dejándoles que se conozcan mientras observo con detalle la estampa, la cual insistentemente la sustituyo por el cuadro de Antonio López en mi imaginación; respiro profundamente y trazo las primeras líneas, cuales tendré que borrar apresuradamente pues no encajaba, pero pasado un par de intentos decido cambiar de papel y comenzar enfocado solo en partes de un edificio, pues después de una década de descanso la mente no es capaz de encajar la perspectiva y calcular proporciones.


Pasada una hora aproximadamente, y comprobando que me he equivocado de tamaño de cuaderno con las únicas armas de un lápiz HB y un rotulador de 0,5 para cubrirlo, decido cambiar de ubicación y subir por la Gran Vía con el objetivo de captar el edificio de Telefónica. Cansado de estar de pie y con el bloc entre los brazos encuentro un pollete antes de llegar al edificio y observo que hay una gran perspectiva para dibujar, y decido sentarme y empezar a dibujar; algunos turistas se paran para ver como comienzo y aprovecho para subir la música y evitar distraerme, pero pasado un rato compruebo que el edificio es muy complicado, me cambian los detalles o quizá la vista comienza a habituarse y observar más elementos del edificio ocultos en el primer vistazo.


Pasadas las 12, decido cambiar de ubicación, saltaré a Callao; el calor comienza a apretar y al llegar a la plaza busco un rincón con sombra y que me aleje de los turistas y sus miradas indiscretas que distraen. Decido buscar un rincón bajo la cornisa del cine Callao, y me encuentro con dos "paseantes" llenas de entusiasmo en su conversación y graciosas en sus trazos. Decido dibujar el edificio de la Fnac.


Pasadas la 13 horas, el cansancio comienza a aparecer, son demasiadas horas seguidas y como en el runner, hay que saber dosificar, tomo rumbo a plaza de España el punto de reunión final y aprovecho para dar un paseo y estirar las piernas. Al llegar a plaza decido sentarme en el césped a la sombra, contemplo los edificios y a estar tan cerca decido descartarlos pues estoy cansado y la perspectiva en el primer intento no consigo representarlo, con lo que decido dibujar la fuente y esperar al grupo.

A última hora recordé las claves, y decidí con rotuladores ser un niño.


Jorge Arranz y Enrique Flores con otros "paseantes", manos a la obra.


Todos reagrupados desplegamos nuestros trabajos en el suelo y comentamos, me encuentro en un segundo plano observando boquiabierto el trabajo de los asistentes, pero me encuentro contento no por el resultado, sino por el éxito de estar ahí.
Hasta el próximo domingo.

Toca exponerse y mostrar lo intentado.

Que gozada observar algunos trabajos y su forma de trabajar.




Día lluvioso el que amanecido en Madrid, lo cual tiñe de colores oscuros y grises las calles de la ciudad y de tristeza, melancolía con matices de pesadumbre. Durante la mañana las nubes jugueteaban con la gente haciéndoles a éstos sacar sus paraguas y saltar entre charcos. Pasadas las horas, por la tarde se tomó un descanso, lo cual facilitó poder regresar a casa dando un paseo y estirar las piernas, las cuales tengo cargadas desde el domingo, al salir a la calle dudé en el recorrido de regreso, pero recordé la recomendación de Juan Carlos un ilustrador "freelance" que trabaja con nosotros y que alguna vez he aceptado sus invitaciones en propuestas culturales, por ello, bajé hasta el Museo ABC, el cual está dedicado exclusivamente a ilustración y dibujo; os podéis imaginar que éste espacio para mí es un parque de atracciones.
Dentro me esperaba mi primera exposición "seria" sobre ilustración y la protagonista era Rébecca Dautremer, la cual descubrí en un viaje a la Fnac con mis sobrinas, allí me quedé embobado al ver la portada de un libro infantil ilustrado con el título de "Alicia", en ese mismo momento tuve que meter los codos entre criaturas enanas, las cuales me miraban atónitas, con la boca abierta y quizá pensando "porqué éste adulto invade nuestro espacio (infantil)". La ilustradora de "Princesas olvidadas o desconocidas", "Cyrano", "Alicia en el País de las Maravillas" y "Diario Secreto de Pulgarcito" (todos de ed. Edelvives), se caracteriza por unas ilustraciones detallistas, que contagia a todos sus protagonistas de una mirada melancólica, de la abundancia del color rojo y de una imaginación sensacional en todas sus representaciones. Además los colores en vivo son espectaculares, sin hablar del tamaño original de las ilustraciones, que normalmente son como mucho un diez por ciento más grande que la ilustración que aparece en los libros, lo que conlleva un dominio completo del pincel y los lápices.


Imágenes obtenidas de Google.


Al salir del ABC y seguir mi recorrido, la luz incidió con mas luminosidad sobre la calle, y sin darme cuenta levanté la cabeza mientras paseaba sin prisa, con calma, dejando libertad a la mirada para observar con tranquilidad otra perspectiva de la ciudad, captan otras estampas no habituales del día a día; incluso el color predominante era el rojo.
Sorprendente espacio y agradable sorpresa reencontrarme con Rébecca.



Control total de la técnica, !! Quién pudiese !!!

Con apenas 4 horas de sueño (y como el cuerpo se ha acostumbrado a una hora), permanecía boca arriba con los ojos abierto mirando al techo, eso sí algo desorientado y pensando si me había dormido o me había desper...., interrumpiendo el despertador mis dudas. Me dirigí directamente a la cocina para realizar un desayuno rápido y ligero, para evitar cualquier sorpresa de última hora. Equipado, al dirigirme al casino (donde había quedado con JEnrique), me encontré a Belén y sus amigos de vuelta a casa y me hizo pensar el tiempo que llevo sin ver amanecer después de una noche de juerga y como me dijo uno de ellos para esto también hay que tener valor.
Llegamos al Vázquez donde nos esperaban todos uniformados y cuyas caras reflejaban una mezcla de sueño e ilusión, nos dividimos en grupos y tomamos rumbo a tierras conquenses. Durante el viaje hubo tiempo para debatir de todo un poco y que JEnrique nos describiera a JCarlos y al que escribe (nuestro "Luis Moya") el temeroso prefil de la prueba; la cual habíamos buscado ambos en internet para hacernos una idea de como afrontar la prueba; después de oír atentamente las descripciones, se produjo cierto silencio, el cual se rompió casi al unísono por los dos escuchantes "¡Yo voy a disfrutar!", "¡yo vengo hacer fotos!".
Al llegar a Cuenca nos concentramos en el parque San Juan, para hacer los preparativos previos, los retoques de última hora, en el caso de Gonzalo el último desayuno minutos previos a la salida, la colocación del dorsal (los cuales había recogido Antonio), los últimos estiramientos y la esperada foto con el uniforme nuevo, pues olvidaba decir que hoy estrenábamos equipación.

P6050279 by PedaleandoVoy

Minutos más tarde llegó la hora de la prueba del algodón, pues llegaba la hora del calentamiento, y desde el pasado miércoles no había probado la pierna; pero pronto salí de dudas, en la segunda vuelta al parque empecé a notar ciertas molestias, algo que me hizo bajar el ritmo y decidir que hoy tocaba hacer reportaje fotográfico. Cuando terminábamos la tercera vuelta de calentamiento, una persona de la organización se aproximó indicándonos que se daría comienzo en breve.

P6050283 by PedaleandoVoy

JCarlos y yo nos vamos al fondo, donde los primeros metros de la salida están colapsados debido a la gran cantidad de corredores y el estrechamiento de la calzada con curvas cerradas, callejeamos al encuentro del río Jucar, al cual acompañaremos durante buena parte de la ascensión por la carretera a Palomera; durante la primera parte la ascensión es suave y se podría decir que constante, el isquio me tiene siempre en alerta y JCarlos me sirve de liebre, no me encuentro bien, pues hoy es el típico día que no apetece ni correr. "Lorenzo" presente durante toda la carrera nos obliga en cualquier oportunidad buscar un descanso de su presencia, con el tiempo los grupos son más reducidos y los típicos gritos de ánimo comienzan a mitigar, y en este punto la charla con JCarlos y sus aventuras con Diego, me ayudan a no pensar en la pierna y me inyecta ánimo para seguir corriendo, pues eran las pocas ganas con las que me encontraba que he sentido la tentación de seguir algunos que volvían a la meta en dirección contraria.
De esta forma entre comentarios y preocupación por el estado de ánimo de uno y otro transcurren los primeros 6 kilómetros; al girar una roca, mi compañero me advierte "!Mira por donde hay que subir!". compruebo que hay un giro y que los que van a nuestro lado están más de 10 metros por encima de nosotros "!Menuda ascensión no espera!". Entre resoplos, suspiros y quejas internas pasan los siguientes dos kilómetros, al ver el cartel de 8 por mi cabeza solo piensa en una cosa, en matemáticas; "si son 15 y llevamos 8; si a los 7 restantes le quitamos los 3 últimos de descenso, nos quedannnnnn; 4 de jodidos toboganes....", durante esos kilómetros rompe piernas coincidimos con un "casi" paisano llamado Miguel, con el cual hicimos el resto del recorrido y que nos sirvió de guía hasta meta.

P6050315 by PedaleandoVoy

Al coronar el Castillo, las cuentas se convierten ene negativas, es decir solo quedan 3 kilómetros y es descenso a tumba abierta, lo cual hace pensar "que perdida de esfuerzo, subir durante 8 kilómetros para luego bajarlos en apenas tres"; ya lo decía Cruz y raya", ! Si hay que ir se va, pero ir pa ná es tontería !!!, cruzamos el casco antiguo a gran velocidad y no dá tiempo a contemplar la catedral y solo hay tiempo para el recuerdo, recuerdos de mis viajes a Cuenca, de las turbas, los garitos, la alegría y la juventud.
Al cruzar la meta, las pierna las noto duras, JCarlos intenta estirar mientras guardo orden en la fila y después de la abundante bolsa del corredor nos reagrupamos en el parque para comentar con los compañeros las impresiones de cada uno sobre la carrera, y que pasa demasiado rápido para mí, pues me gustaría tener tiempo para comentar con todos.
La conclusión es que se trata de un carrera muy bonita, muy dura y que recompensa el esfuerzo disfrutando de la buena compañía. Y como me dijo JCarlos, "Muy dura, pero si es posible repetimos en la próxima". Lo peor las horas de viaje en coche lo cual me ha dejado las piernas muy agarrotadas.

Oficial:
MONTALBAN BELLOSO, PABLO (898), puesto: 820 con un tiempo: 1:18:36 (5:18)

Oficioso:
14,84 km en 1:18:13 con 171 ppm (1º km en 5:44)
1 (5:44); 2 (5:24); 3 (5:20); 4 (5:18); 5 (5:19); 6 (5:22); 7 (5:44); 8 (6:18); 9 (5:26), 10 (4:57); 11 (5:09); 12 (5:26); 13 (4:06); 14 (4:14); casi 15 (4:22),

Mañana fesquita la que ha amanecido, por lo tanto camiseta larga y pantaloncito corto para el entreno de hoy. Al bajar a la calle he notado la bajada de temperatura que sufrimos estos días. La pretensión de hoy era probarme, para ver que tal me encontraba y si unas molestias que aparecieron ayer en los isquios (que me hicieron volverme a la cama ayer), era pasajero o no. Las primeras impresiones me han dejado dubitativo, pues aunque no notaba molestias me encontraba algo agarrotado, pero me auto engañado pensando que se debía al frío. Como tocaban cuestas y me encontraba con ganas de correr (creo que se debe al cambio de temperatura) he ampliado la zancada para ver que tal me encontraba, la respuesta ha sido positiva en las dos primeras cuestas. Al llegar a la cuesta de San Vicente me encontrado fuerte e incluso una bici que me ha adelantado le ha costado soltarme.
Animado por las sensaciones en el tramo del Palacio real-Bailén; que normalmente aprovecho para tomar aire, he intentado mantener un ritmo fuerte para comprobar como afrontaría la subida de la calle Toledo.
Pero al pasar la iglesia de San Francisco, unas molestias en los isquios a la altura de la rodilla me han hecho parar, pues notaba un pinzamiento al subir la rodilla en la zancada, con lo cual he decido para y volver a casa trotando para realizar estiramientos. Sin embargo al mirar el "chino" y comprobar 5,28 en 0:32:15, me han surgido las dudas, "¿continuo?", "¿si piso de esta manera?, pues parece que no duele", "si tal vez luego se pasa"...
Vuelta a casa y con tiempo para estirar tranquilamente, disfrutar duchándome, desayunar con tranquilidad, recrearme leyendo noticias en internet y lo más importante sin tener que correr para ir al curro. !!Que bien sientan las lesiones!! (mirando siempre el vaso medio lleno).

5,92km en 0:37:42 con 143 ppm (1º km en 10:32) 11ºC / Ride 3