Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

El calor se hace patente, apetece salir a la calle y disfrutar de ella. Puede que ese sea uno de los motivo de la gran afluencia de ciclistas en la bicicrítica de la jornada de hoy. La verdad es que fue agradable, quizá algo lenta, con muchos parones y embotellamientos (es la única forma de hacernos notar). Como es habitual, salida de neutralizada como dirían en la jerga de las grandes vueltas, desde Cibeles a Atocha y vuelta hasta la calle Alcalá, la cual recorrimos casi en su totalidad hasta la plaza de Manuel Becerra, donde se produjo el gran caos al intentar girar hacia Francisco Silvela. En este punto hubo que levantar las bicis a pulso y cruzar entre los coches impacientes e intorentes (no es mas sencillo dejar pasar y esperar durante 20 minutos), con lo cual hubo embotellamiento durante más de 3 cuartos de hora y donde nos arrojamos flores verbales mutuos hasta la parada y sentada en el cruce Francsico Silvela y Principe de Vergara.
Después como era tarde y había que madrugar al volver a Cibeles, paramos Julian y yo para despedirnos y a su vez para tocarle los "cataplines" a un policía, pues no me dejaba andar con la bici al lado por la acera junto al nuevo y "caro" ayuntamiento.
Lo mejor tener una excusa para compartirlo un buen rato con un amigo.


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