Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

El cuaderno es un ejercicio, un ejercicio personal, donde mostramos nuestras dudas, dilemas, miedos...
El dibujo tiene que no hay prisa, y suceden cosas mientras dibujas ...
Antonia Santolaya, 18 de junio de 2011

Nuestra mente juega con nuestras sensaciones, nuestros miedos y nuestras ansiedades. Por ello durante toda la mañana de hoy he estado inquieto, nervioso hasta que ha llegado la hora y me he apartado del grupo buscando mi hueco en la plaza de Tirso de Molina. Llegado el momento y encontrado el punto que quería representar, he abierto el cuaderno que me dieron ayer (mi primer cuaderno de viaje); y he sentido cierto pánico, pánico a manchar el cuaderno, y saber que quedará plasmado, no como en un bloc de anillas, que arrancando lo que desagrada el cuaderno queda inmaculado. Sin embargo, ese miedo ha desaparecido al ponerme los cascos, al tomar el lápiz en mis manos y comenzar a tirar líneas de encaje en el tapiz ahuesado apoyado sobre mis rodillas.

!!! Manchemos !!!

La plaza tiene multitud de farolas juguetonas que me han facilitado la labor de la perspectiva, pues aún me cuesta encontrar el punto exacto de fuga en algunas estampas. Pasadas casi dos horas, y como el cuerpo está acostumbrados a la rigidez del horario laboral, me pedía un buen café, que me mantuviese en alerta y con los ojos bien abierto para absorber el barrio de Lavapies, por ello me acercado a una cafetería con la intención de volver al mismo punto para proseguir y terminar de encajar la perspectiva panorámica que había decidido para la plaza. La idea del grupo era comenzar en La plaza de las flores de Tirso y bajar por Mesón de Paredes y reencontrarnos en varios puntos hasta la plaza de Lavapiés.

... casi dos horas después ...


"Paseantes" observadores.


Pero la idea ha desaparecido al encontrarme con una compañera que se dirigía al punto de reencuentro, y que me ha hecho cambiar de plan por miedo a no volver a encontrar al grupo en toda la mañana. Al llegar nos hemos encontrado con casi todos dibujando la plaza de Cabresteros, y he buscado un rincón en unas escaleras donde se encontraban algunos de nosotros "paseantes". Y donde hemos tenido una escena parecida a la comentada ayer por Antonia Santolaya, donde nos narró la divertida escena en Argelia, en la cual algunos niños le insistían para que les dibujase y se peleaban por cual de ellos era el mejor. Esa escena que piensas que solo puede ocurrir en territorios lejanos, alejados del mundo individual, encorsetado y tan bombardeado de imágenes y donde todo es fugaz. Sin embargo, a pocos metros de casa; absortos o insimismados cada uno en su labor, y viendo cada uno de forma diferente el mismo lugar; un grupo de “africanos” observaban con cierto disimulo el dibujo de uno de los compañeros, el cual les estaba dibujando, y a su vez un hindú que observaba desde un segundo plano, se ha animado a sentarse junto a nosotros, durante un primer instante a mirado nerviosamente los cuadernos, el mío y el de mi compañero, y al ver que yo era más paisajístico (por denominarlo de alguna manera), se ha decantado por el de mi lado y le ha insistido en que le dibujase, por lo cual se ha dibujado en mi cara una mueca, y he pensado no estamos tan lejos de esos lugares descritos por Toñi.


Mi forma de ver la plaza de Cabresteros


Magnifico recurso utilizando el negro de fondo para dar color a la piel.


Más tarde hemos descendido hasta la plaza de Agustín Lara, donde casi todos hemos coincidido en representar la fachada de las ruinas de las Escuelas Pías de San Fernando; para alejarme de las miradas he buscado un lugar donde tenía de frente las ruinas y desde donde era imposible que nadie pudiese colocarse en frente, pasado un rato hemos oído sonidos de tambores dirigiéndose a la manifestación de Neptuno, que nos han contagiado su ritmo y el trazo se ha vuelto inquieto, juguetón y hemos coincidido en reconocer la alegría trasmitida por sus ritmos

Ruinas de las Escuelas Pías de San Fernando


Mostrar los grandes trabajos y mejores planteamientos.


La conclusión es positiva, estoy más suelto y el ojo comienza a tener paciencia para observar con detenimiento, y que el formato elegido la semana pasada (con el que no me encontré cómodo en ningún momento y llego a agobiarme), ha quedado claro que fue demasiado pretencioso por mi parte, después de tanto tiempo sin hacer nada y ser el primer día. Y espero antes de que termine el ciclo que me atreva a introducir algo de color e ir encajando con el rotulador directamente. Paso a paso como en running. Como os digo me deja muy buenas sensaciones y cargas las pilas de adrenalina, lo cual he aprovechado para tomar la bici después de un merecido descanso después de comer. Y he disfrutado muchísimo, me he metido caña, y las piernas hasta pasada la hora han respondido de maravilla.
Los dolores de la pierna casi han desaparecido, ahora tocan agujetas en los brazos.

Datos ciclistas:
25,31 km en 1:14:50 (20,3 km/h) con 120 ppm

Y ayer, intenté recorrer el anillo ciclistas, pero abandoné desesperado con tanto cambio de acera, rotonda y semáforo de la zona de Pitis
32,05 km en 1:34:10 (20,4 km/h)con 135 ppm

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