Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Ayer salí de la charla de Alfredo con una sonrisa en la boca, nos dedico un cuento, cuyo personaje era el mismo y la aventura era su vida, esta narración estaba repleta de anécdotas, amigos, nostalgia y gorras... Contemplado su destreza en las diapositivas que pasaban detrás de él mientras nos entretenía, me hizo gracia cuando nos comunicó que él hacía caricaturas del paisaje, vénditas caricaturas...

No sé si fue el calor, la multitud o que el día de hoy no tocaba. Pero no me encontré cómodo dibujando en toda la mañana, me encontraba maniatado, la proporción no conseguí resolverla y tuve cierta pelea interna entre mi subconsciente y mi vista, mientras una decía imagina, la otra insistía en que esas líneas de fuga eran imposibles.

¿Puede ser sol?

Comencé la mañana sentado en un escalón de una administración de lotería cerrada, desde allí contemplaban el edificio de la Comunidad y me ilusionaba poder completarlo con un dibujo panorámico hasta la calle Mayor. Durante un rato me encontré cómodo y vigilado por un comerciante del local de al lado (están muy expectantes a cualquier aglomeración...), pero más tarde me sentí maniatado por el lugar escogido, al sentarme al lado derecho de la entrada no me percaté de que mi brazo estaba mermado de movimiento y para cuando quise darme cuenta unos padres estaba sentados a mi lado contemplando, mientras que el niño para llamar mi atención llego apoyarse en mi espalda. Para terminar de decidí cambiar de 4 hojas para la visión panorámica a 3, lo cual afectará al resto de la mañana al no poder apoyar una de las hojas en el cuaderno, hay mañanas que no....

Jorge dibujando Sol


Odio las tazas de café que son más pequeñas que la cuchara
y no se puede dar vueltas.


Frustrado y después de saludar a Jorge Arranza, el cual nos acompañaba en el día de hoy, me dirigí a una cafetería, para tomar algo e intentar desconectar, luego decidí sentarme en el suelo, apoyarme sobre un pilar de unos de los arcos de la calle Toledo que da a la plaza mayor y dibujar lo que observaba, mientras subía el volumen al ipod para desconectar del bullicio y de las miradas que tanto me afectaban en el día de hoy. En un principio creía haber resuelto el problema pero el error ha vuelto a parecer al no poder encajar una parte... la cabeza ha empezado a murmurar que no, que no... Y no digamos lo frustrado que me he sentido luego frente al Mercado de San Miguel, donde hasta un niño me ha preguntado ¿Que haces...? como diciéndome no sé que dibujas... ni yo !!!

Arco que da acceso a la Plaza Mayor desde Calle Toledo.


Mercado de San Miguel.


Llega la hora de la verdad, colocar los trabajos en el suelo y comentar; y como la zona está plagada de curiosos, turistas y nada suena a extraño una de las tantas personas asomadas, a tomado entre sus manos un cuadernillo y lo ha ojeado descaradamente sin reparos. Tengo que reconocer que es momento preferido de la jornada, pues aprovecho para disfrutar de los trabajos de los compañeros y observar como resuelven los problemas que yo he tenido. Una gozada.

Un curioso....



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