Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Esta tarde ha tocado dentista y después de casi tres cuartos de hora con la boca abierta, me ha aconsejado la odontóloga que no bebiese ni comiese durante casi 2 horas, por lo que inmediatamente se ha cruzado por mi cabeza salir a correr; "¡será la mejor forma de no pensar en comer!" –me he dicho–. 
La idea era salir y probar un ritmo para el sábado, y el comienzo ha sido duro pues aunque la zancada era más amplia de los últimos entreno el ritmo del garmin me decía que no; además encontraba las piernas agarrotadas y muy pesadas, pero he entendido que era normal y que con el paso del tiempo mejoraría. Sin embargo pasados más de veinte minutos, mi estado de pesimismo era el mismo, e incluso he pensado en parar, aunque viendo que estaba apunto de llegar al punto más lejano de casa he cambiado de idea, he apretado los dientes pensando que sería mejor correr rápido para estar más cerca de casa en el momento que me diese la pájara. Durante los toboganes (si se puede calificar así) de la orilla del río junto al parque de la Arganzuela, me he sentido como Forrest Gump soltando lastre y ataduras; me he sentido algo más frescos siendo a su vez el ritmo más alto. Sin embargo los últimos 10 minutos han sido demasiado largos, las piernas advertían que estaban llegando al límite y para no oírlas le he metido cuestas; llegando al final con las piernas doloridas pero con la satisfacción de hacer un buen entreno y con la recompensa de un menú de dieta blanda, ¡Viva el yogurt!

Lo que peor llevo es el miedo escénico, pues estoy acojonado ante la carrera del sábado, tengo la impresión de que voy a sufrir mucho, pues no me he encontrado bien estos días, el cansancio acumulado de las jornadas largas de trabajo durante este mes, las clases por la tarde y ante todo la mala alimentación debido al fat food y el bocata de turno están sumando factores para que la ecuación dé resultado negativo,  aunque la ilusión por volver a participar en esta prueba es enorme, solo espero salir sano y salvo.

Sólo espero no imitarlo el próximo sábado !!!

Hoy 
10,84 km en 0:59:14 (5:28) con 95 ppm (1º km en 6:32) 22ºC / Triumph 7

Como un niño con zapatos nuevos me he levantado esta mañana, ayer al hojear la bici comprobé porque hacía el ruido metálico los frenos delanteros, la explicación es sencilla me he comido literalmente las pastillas, por lo que me toco ayer buscar urgentemente unas nuevas para poder entrenar mis facultades de mecánico (que son casi nulas), bueno quizá lo que estaba entrenando es mi facultad de ahorrador como dice el anuncio de ING.


Después de mucho buscar, leer, mirar en la web, llegué a un comentario en un post que decía "...si no tenías experiencia en el cambio de frenos podría salirte la reparación muy, muy cara"; "¡¡perfecto!!" –me dije–, la experiencia de ahorrador me va a durar muy poquito. Después de un tiempo –el cual me pareció eterno– y con las manos negras, me encontraba rezando pues la manecilla del freno hacía tope y la rueda no notaba ninguna tipo de frenada, pero con la insistencia el liquido volvió a su sitio y el freno con el tiempo recobraba su función. Aunque mirándolo por su lado bueno he salido ganado, pues además de ser ahorrador, ya puedo advertir de mi presencia a los peatones, y es que en la primera frenad en un paso de cebra he visto como dos personas me miraban asustadas, lo cual me ha extrañado tanto que me he quitado los cascos y he comprobado que rechinaban los discos escalofriántemente. 
Por lo demás, jornada ciclista donde he disfrutado de un día maravilloso, aunque las piernas han notado el esfuerzo de ayer y en la última parte me he tenido que rendir a la evidencia y recortar el entreno a las 2 horas exactas. Dos horillas donde no he notado para nada el sillín nuevo (como la herramienta la tenía en la mano y el sillín llevaba meses esperando, pues...), ruta con el terreno excesivamente seco porque se nota la falta de lluvias, y donde en algunos tramos no he podido correr por la gran cantidad de gente que ha disfrutado de uno de los pocos días ciclistas que nos queda antes de la aparición de lluvia y frío.


Además hoy la naturaleza me ha dibujado la sonrisa y ha puesto la anécdota, pues subiendo por el pinar del santo hacia la puerta de Humera a cruzado un zorro persiguiendo a un conejillo unos 50 metros delante de mí, por lo que he disfrutado de mi sesión particular de National Geographic; una autentica maravilla verles correr a ambos jugando al juego de la supervivencia. 

Hoy:
42,23 km en 2:00:03 (21,1 km/h) con 73 ppm (algo me dice que la pila...)


Hoy dejo la bici para calzarme las zapas. Durante esta semana he notado un ruido que no me ha gustado nada en los frenos delanteros de la bici y como me he levantado perezoso, he decido cambiar de disciplina y posponer el vistazo al ciclo.
He salido algo tarde y el calor era más característico de principios de julio que de la época de otoño en la que nos encontramos, eso sí, que no me lo cambien, me está constando demasiado el cambio de armario.
Hoy tocaba tirada larga, hacer sobre la hora y media, controlar las pulsaciones y el ritmo para no tener que abandonar; de esta forma ganar carga y optimismo con vistas al fin de semana que viene. Como la prueba de Boadilla es un duatlon crooss, he retomado uno de mis circuitos favoritos de la CdC corriendo por los senderos paralelos a la vía y practicando los toboganes hasta culminar subiendo el cerro de las covatillas, desde aquí me dirijo al portillo de los pinos. Desde aquí vuelta a casa, pues casi he llegando y la hora las piernas están algo cargadas, el ritmo empieza a acusar la falta de entrenos previos, por lo que decido volver por la senda del bosque paralelo al camino del pinar grande hasta el cruce con la carretera de la ciudad univerersitaria y de esta forma dejarme llevar hasta llegar al embarcadero de Lago, donde el cuerpo pide reposo o refresco y dedico complacerle con lo segundo en la primera fuente que encuentro.

Vista del Lago.

Miro el reloj y decido proseguir hasta que el "chino" grite que he llegado a los 15 km o sino cumplir con el entreno de hora y media, pero sin embargo al llegar a la Puerta del Rey, he parado el crono sin llegar a ninguna de las dos previsiones, y mientras recuperaba el aire he aprovechado para ver alguna partida de 3x3 de baloncesto callejero que se celebra en la explanada. 
Cuando la cabeza te pide parar cualquier excusa es buena.


Os dejo una foto a la salida de orcasitas que me ha encantado al salir del cercanías, un atardecer holywoduense.


Hoy:
14,63 km en 1:22:35 (5:39) con 136 ppm (1º km en 5:55) 18ºC / Triumph 7

Después de más de quince días sin calzarme las zapas, el martes decidí que ya era hora; bueno, eso y que me estoy quedando sin tiempo para preparar Boadilla del Monte dentro de otros quince días y me veo muy corto de forma, para poder aguantar dignamente. Pero tuve que posponer el entreno a la tarde y forzado por mi subconsciente que me taladró la cabeza durante el día con el sentimiento de culpa.

Por todo ello hoy he decido anticiparme a la llegada del otoño, me he despertado pronto y he decido retomar una rutina abandonada, la de madrugar y correr a primera hora de la mañana. Al llegar al comedor he notado algo de fresco que se colaba por la ventana y he pensado que el verano se ha terminado sintiendo un escalofrío que recorría el cuerpo y que me recordaba a los entrenos invernales. Lo más destacable el cambio de temperatura, pues aunque por el día el termómetro nos muestra temperaturas altas, por la mañana refresca y el cuerpo tarda en sudar y en entrar en calor; bueno y si le sumas los ritmos de carrera que el cuerpo cervecero del verano no deja correr fluidamente.

Visto el error cometido el martes donde me quede sin aire por empezar muy deprisa hoy el comienzo me lo he tomado con tranquilidad y que las piernas acumulen carga en este primer día de otoño. La sorpresa me la he llegado al volver a casa y escuchar que Rapid Eye Moviment se separaba y no he podido dejar de escuchar en mi cabeza el ritmo de "Stand", acompañada de la cartela de la serie "Buscate la vida" y al "loco" (como nos gustaba llamarlo) y sus aventuras. 


Hoy:
9,32 km en 0:58:29 (6:17) con 107 ppm (1º km en 10:20) 13 ºC / Triumph 7

Martes 20/09/2011
8,84 km en 0:55:20 (6:16) con 134 ppm (1º km en 11:03) 26 ºC / Triumph 7


Las miro y las contemplo como unas niñas; les oigo reír y me contagian su alegría; me burlo de ellas y me sacuden con sus sorprendentes respuestas; me cuentan sus miedos y sonrío por su inocencia; le cuento mis cosas y me dejan perplejo por su claridad en sus consejos; crecen y sin embargo no lo aparentan, porque sigo recordándolas como dos canijas.

Hoy cuando me disponía a salir para ir a trabajar me he fijado en la foto y he recordado que hoy mi sobrina mayor comienza el instituto y no he podido dejar de pensar durante todo el trayecto, con la velocidad que han pasado estos años y el cambio tan brutal que contemplas cuando estás algún tiempo sin verlas, pero no me refiero a cambio físico sino al cambio de carácter y su maduración; "ha hacerse mayor". He recordado como este verano en la playa imitaba a sus tias leyendo revistas de su edad y como se interesaba mirando fijamente a éstas al oír sus respuestas mientras realizaban el test "!Que hacer si te gusta...?" e incluso no comprendía como algo tan serio ellas se lo podían tomar a risa.
Lo peor es que la pequeña dentro de no mucho tiempo pasará por lo mismo y yo seguiré pensando lo mismo "!Pero como vas ha empezar el insti si eres muy pequeña!"


En ocasiones hay veces que temes o crees predecir lo que puede llegar a pasar. Por eso esta mañana el cuerpo me pedía tomar camino con destino San Martín, sin embargo mientras desayunaba la cabeza me decía que no, que tal vez sería excesivo llevar la mochila acuestas durante 3 horas y tirar al traste la recuperación de esta semana y fugazmente a cruzado mi mente la posibilidad de poder pinchar y lejos de casa, por ello deje aparte la mochila, despojándome de un peso innecesario.
La idea era intentar pasar a las 2 horas y media, y como no he encontrado la cinta del pulsometro, intentaría realizar la primera parte (sobre una hora) a ritmo tranquilo e ir incrementando con el tiempo, pero como os he dicho en alguna otra ocasión, los planes son fugaces. Pero no se muy bien si debido a la música del ipod o quizá por la tensión acumulada durante la semana, pero no había pasado veinte minutos y me encontraba metiendo caña a las piernas, el ritmo disparado y en ocasiones me faltaba el aliento pero sin el "chivato" que me parase los pies e disfrutado como nunca soltando toda la adrenalina acumulada.
No llevaba la hora y media, y en unas de las curvas he notado que la rueda de atrás se deslizaba, al mirar he notado que había pinchado y que el aire se perdía con mucha rapidez; la primera idea "haberlas haylas", "menos mal que cambié de idea", etc... El apaño ha sido rápido, enroscar la bomba reparadora de pinchazos e inyectar a la rueda todo el cartucho evitando que reviente la camara. Ahora toca volver a casa a toda velocidad antes de que pierda todo el aire pues la impresión es que la solución sólo es momentánea; y para evitar acelerar la pérdida de aire tocará volver a casa sin apoyar el culo en el sillín, y buscar una ruta alternativa para evitar que cualquier bache termine de pellizcar la goma.
Al final me han salido casi 8 km en algo más de media hora y con las piernas agarrotadas, había oído hablar del spinning pero desconocía sus efectos.

42,13 km en 1:56:41 (21,7 km/h/) sin pulso oficial pero seguro que muy, muy alto.




Un cuaderno de viaje suele ser un secreto bien guardado. Pintores e ilustradores lo usan como espacio de investigación, es la trastienda del viaje, con las dudas los miedos, los espacios vacíos. Se guardan porque tal vez algún día, al hojearse, disparen el mecanismo del recuerdo....


Ayer recibí un email del Museo ABC, referente a la exposición "Madrid y no solo Madrid. Cuadernos de viaje" señalándonos a todos los participantes que se prorrogaba hasta el 30 de octubre debido al éxito de la exposición. Esto último no sé si será verdad (suelo dudar de aquello que es bueno para mí), pero tengo que confesar que me ha hecho muchísima ilusión y aprovecho la ocasión para invitar os a que os acerquéis a este pequeño espacio que contiene un encanto especial y poder compartir la visión de cada uno de nosotros de los espacios madrileños que nos rodean, de la cotidianidad y la observación de pequeños detalles que nos motivan y nos cautivan para siempre en nuestra memoria.






No resistí, tuve que hacer esta foto para creer que era verdad. 


Museo ABC de Dibujo e Ilustración Amaniel, 29-31 28015 Madrid T: +34 91 758 84 14
M: +34 669 650 922

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