Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Suena el despertador y como acto reflejo lo apago y espero otros 10 minutos para levantarme, algo dormido paseo por casa hasta llegar a la silla donde se acumula toda la ropa de entreno (y con estas temperaturas cada vez es mas numerosa), medio dormido empiezo con el ritual; me pongo los calcetines, las pantorrilleras, las mallas, y según voy añadiendo capas, voy abriendo los ojos poco a poco, me limpio las legañas y oigo un golpeo constante en la ventana, me acerco a la ventana de la cocina; saco el brazo para comprobar si llueve, me caen varias gotas en la palma de la mano y recorre todo mi brazo un frío húmedo que me despierta al instante; al volver al comedor contemplo el montón de ropa que quedaba por ponerme, comienzo hacer cábalas, me imagino dentro de una hora volviendo a casa calado, con las piernas frías y pienso "Mañana será otro día".
Es lo malo de no tener objetivo a corto plazo, que cualquier contratiempo lo aprovechas y lo llevas a tu terreno; !ya habrá tiempo para correr!, !!! DESAYUNEMOS !!!

5 m en 0:00:10 con 68 ppm (1º km en –jajajaja–) zapatillas de paño / 21ºC en casita

Entreno acompañado con Fernando, al cual me encontré la semana pasada por la CdC y nos citamos para el día de hoy. Este tipo de entreno es revitalizador y hace despejar la mente charlando con un amigo y subiendo un puntito el ritmo habitual en solitario.
Mañanita con -2ºC, pero la sensación no era muy fría. La primera helada del año, lo que hace dejarnos bonitas estampas con el sol a media altura y con un manto blanco provocado por la escarcha, que nos ha hecho aclamar con asombro al encontrarlo.
Repetimos la ruta del domingo pasado, las sensaciones son buenas y después de la hora con la bici de ayer, las piernas no están pesadas y no las he notado torpes.

12.94 km en 1:11:44 con 154 ppm (1º km: 7:45) / Wave Rider 11

Después del madrugón, al pisar la calle y ver en el termómetro 0ºC, inmediatamente recorre una idea por la cabeza "corre para entrar en calor". y siendo sinceros es cuando uno corre mejor. Por primera vez desde hace un mes salgo del aburrido circuito de la ribera del Manzanares, para volver a mi circuito de cuestas favorito. Las sensaciones son buenas, casi no he mirado el "chino" y las sorpresa ha sido al llegar a casa y comprobar las pulsaciones medias tan bajas.

9,53 km en 1:00:13 con 136 ppm (1º km en 11:54) Ride 2

Además desde hace tiempo la cabeza no ha desvariado con ideas absurdas, ha sido encefalograma plano algo que se agradece para disfrutar de la mañana. Lo mejor la ducha para entrar en calor.

Lo importante es seguir sumando, por ello me he tomado el día con tranquilidad, ritmo suave pero pasando de la hora, donde la piernas están muy pesadas y noto los aquiles algo pesados y molestos. Hace frío pero lo peor es la oscuridad en que nos a asumido la crisis, no hay dinero ni para tener iluminado ciertos tramos de la obra faraónica de Gallardón.

10:30 km en 1:01:34 con 139 ppm (1º km en 6:23) / Ride 2

Hoy he tenido que presentarme al llegar a la nueva puerta de acceso a la Casa de Campo para poder entrar, pues no me reconocía después de tanto tiempo y menos disfrazado de corredor con zapatillas.
El terreno estaba blando por las lluvias de ayer y el ambiente limpio, lo cual se ha agradecido según se avanzaba en el entreno y que me ha costado ser constante aunque ha sido de menos a más. He vuelto a recuperar mi circuito favorito, donde se combina asfalto con tierra, el terreno es rompe piernas y no te deja conseguir un ritmo constante durante mucho tiempo y me ha dejado la sorpresa de encontrarme a Fernando cuando volvía a casa.

13,35 km en 1:14:47 con 160 ppm (1º km en 6:10) / Wave Rider 11

Tomando aire fresco.

Mañana rara me he encontrado al despertarme, al subir la persiana y ver el día feo con el que se presentaba el cielo, he notado cierto frío en el cuerpo y un estomago mal agradecido me ha hecho dirigirme a la cocina y olvidarme de "estrenar" la bici.
Ya delante del ordenador y casi calmado mi estomago, he recordado la exposición de A. Durand en la Fundación Juan March [Los paisajes americanos de Asher B. Durand (1796-1886); del 1 octubre 2010 al 9 enero 2011], que me habían recomendado la semana pasada, y como tenia el recuerdo fugaz de otra exposición, he intentado calmar mi adrenalina e instinto aventurero (¡con estas nubes!, qué pereza da vestirse de corto), autoconvenciéndome que es bueno para ampliar mis conocimientos –los cuales tengo aparcados desde mucho tiempo–.
Así a las 11 de la mañana me encontraba entrando a la sala de Juan March, con su entrada amplia y minimalista con un color agradable que nos prologaba al principio de la exposición, donde me encontraba la primera sorpresa; los magníficos grabados, de éste americano, muy cuidados, trabajados con delicadeza, ¡y tan pequeños! Este artista autodidacta se especializa en paisajes y donde la exposición aumenta su calidad, ante todo, es en los estudios de paisajes con árboles, donde perfectamente sabe resolver el endiablado juego que se trae la luz en ese tipo de paisajes, y que me situaban a estampas vividas en algún momento a muy corta distancia de donde me encuentro.

El roble solitario (El viejo roble), 1844.

Grupo de árboles, 1855-1857.

Una exposición agradable, con algunos cuadros de gran calidad, que si bien se apartan de mi estilo (me gustan escenas mas costumbristas), me ha dejado un buen sabor de boca. Al salir, aún es temprano, chispea y con la miel entre los labios decido empaparme de cultura, dirigiéndome a la Fundación Mapfre [Made in USA. Arte Americano de la Phillips Collection; del 5 de octubre al 16 de enero 2011], donde después de tres cuartos de hora de espera para entrar (normal en vísperas de puente), pude contemplar esta magnífica exposición, con un catálogo muy repleto y dividido en 10 temáticas, donde descubrimos cierta pintura desconocida por mí, de éste extenso país. Una sala ignorada por mí, donde me sorprendió su distribución y su planteamiento, y la cual resumo en cuatro obras, donde quedé fascinado por un cuadro "Skinner en el papel del coronel", personaje burlón, lleno de colores vivos que le dan cierto realismo a una pintura moderna (estamos hartos de contemplar posturas de este tipo en revistas de hoy); emocionado por la tristeza y la melancolia de "Domingo" (tan actual en estos momentos); extrañado por el rompecabezas abstracto de "aspiración" (recordándome a Innsbruck) y por último una sala con una luz cenital, donde llegé en un momento mágico para reencontrarme con Calder y donde desapareció el tiempo contemplando un cuadro en movimiento con un sin fín de soluciones, de tonos, de contrastes y recuperé el silencio, la calma y donde oí una vocecilla que decía "Mama ese señor cuando se va a ir"; Gracias Calder.

Otis Skinner en el papel del coronel Philippe Bridau, George Luks en 1919.

Domingo, Edward Hopper en 1926.

Aspiration, Augustus Vincent Tack en 1931.

Polígonos rojos, Calder en h. 1949-50.


Exposición virtual:
http://www.exposicionesmapfrearte.com/madeinusa/visita_virtual.html

El tiempo tiene muchas formas de medirse y yo desde hace tiempo decidí dividir los años en periodos de 6 meses, se podría decir que por casualidad, o no, pero coincide con el cambio de hora. Bueno pues desde ayer la bici está aparcada en el trastero y el bono metro en mi bolsillo. La opción de ir al trabajo en transporte público, no me aporta ninguna satisfacción, es más me siento como el personaje de un anuncio de coches de hace tiempo que decía que invadían su espacio vital, y es que en el metro este espacio se reduce a la mínima expresión.
Tendré que satisfacer los fines de semana esa sensación de velocidad y libertad, donde uno es dueño de su tiempo y el espacio vital es indefinido.