Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Suena el despertador y como acto reflejo lo apago y espero otros 10 minutos para levantarme, algo dormido paseo por casa hasta llegar a la silla donde se acumula toda la ropa de entreno (y con estas temperaturas cada vez es mas numerosa), medio dormido empiezo con el ritual; me pongo los calcetines, las pantorrilleras, las mallas, y según voy añadiendo capas, voy abriendo los ojos poco a poco, me limpio las legañas y oigo un golpeo constante en la ventana, me acerco a la ventana de la cocina; saco el brazo para comprobar si llueve, me caen varias gotas en la palma de la mano y recorre todo mi brazo un frío húmedo que me despierta al instante; al volver al comedor contemplo el montón de ropa que quedaba por ponerme, comienzo hacer cábalas, me imagino dentro de una hora volviendo a casa calado, con las piernas frías y pienso "Mañana será otro día".
Es lo malo de no tener objetivo a corto plazo, que cualquier contratiempo lo aprovechas y lo llevas a tu terreno; !ya habrá tiempo para correr!, !!! DESAYUNEMOS !!!

5 m en 0:00:10 con 68 ppm (1º km en –jajajaja–) zapatillas de paño / 21ºC en casita

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