Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

... complicarme la vida y la existencia.


Me considero muy volátil y cabezón, así de contradictorio soy; y sino preguntarle a Luisa. Igual me puedo pasar meses diciendo que "no", como puedo cambiar dos minutos después de mi negación y decir "si"; pero cuando he dicho "si" suele ser con todas las consecuencias; y en éstas me veo, a falta de 5 días para la Maratón de Madrid, mis labios pronunciaron sí, pero mi corazón dice con resignación "que necesidad tengo?".
A mediados de octubre del año pasado volví a los entrenos, con la simple idea de probar como me encontraba, pues el cuerpo lo notaba cansado y algo apático, por ello, la idea de correr los 42 kilómetros no entraba en mis planes. Pero según avanzaba los días, semanas y meses, el cuerpo se hizo a los madrugones por tercer año consecutivo, al frío, a la noche, a la soledad de muchas amaneceres, a oír en ocasiones sólo mi pasos, mi respiración, y comencé a necesitar volver a oír los pasos de los demás y sus voces; su respiración, volver a oler a linimento y a sentir el hormigueo en el estomago el día de una carrera. Entonces me decanté por volver inscribirme en el maratón y aunque para ello faltasen aún más de mes y medio (una barbaridad pues los entrenos intensivos empezaban entonces y siempre ocasionan molestias), bueno eso y la alarma que floreció en la web que los dorsales se acababan y os podéis imaginar como me alteré viendo tirar por la borda los madrugones realizados. Pero curiosamente, al mismo tiempo que aceptaba con un click del ratón la confirmación de la inscripción, empezaban los problemas y las pesadillas; los entrenos estaban saliendo de maravilla me veía más fuerte que ningún año y ello me produjo cierta ansiedad; ansiedad por acumular kilómetros, realizarlos más rápidos y porque voy a negarlo, comenzaba la fatiga de los madrugones y la repetición de los circuitos semanales o diarios.
Por lo que después de casi siete meses de entrenos con sus respectivos madrugones, de la acumulación de casi 900 kilómetros en las piernas, de las molestias, de los miedos que produce la distancia, el sufrimiento y un sin fin de circunstancias que hacen variar la fórmula os puedo decir que el 22 estaré en la línea de salida, pero con el único objetivo de terminar (y eso, en estos momentos lo siento inalcanzable), y que espero disfrutar por cada kilómetro que supere, y de esa forma pasar inadvertido para el "tío del mazo".
Este fin de semana ha servido de desconexión, pues la boda de mi queridísima cuñada Pilar (la cual comentaré en unos días), me ha servido para rodearme de gente querida y familia, los cuales no han dejado de interesarse, apoyarme y darme ánimos para el domingo, al igual que otros compañeros, por lo cual ha despejado las dudas... !Ya se que necesidad tengo! 


0 comentarios:

Publicar un comentario