Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Daban lluvias para el domingo, y al levantarme he intentado no hacer mucho ruido para no despertar a nadie, me encontraba cansado pues trasnoché esperando a Luisa y a las Pilares. Desayuné con tranquilidad y estuve un buen rato escuchando la radio, esperando un parte meteorológico favorable y ya vestido esperaba al útlimo momento por si tenía que llevarme el chuvasquero.
Así a las nueve en punto bajaba a la calle para reencontrarme con Fernando, se nos puede observar cierta alegría al vernos, quizá sea que la temperatura es casi veraniega; que vestimos de verano; pero creo que es una sonrisa nerviosa porque sabemos que el día se acerca. Después de los preámbulos tomamos dirección Casa de Campo; ya allí, el suelo es un reflejo de la subida de las temperaturas pues se encuentra duro, cuando llegamos al cruce de Garabitas dudamos que hacer hoy, pero al final nos decantamos por realizar el típico recorrido de "la tapia", y es cuando me doy cuenta que no había puesto el crono en marcha, ni me había acordado y es que he cogido la costumbre de sólo mirar el apartado del ritmo de carrera. Al contrario de ayer, observamos que hay muy poquitos corredores y ciclistas, pudiendo transitar cómodamente por los caminos –están todos corriendo la media– me dice Fernando. Durante el entreno miro poco el crono, nos entretenemos charlando de todo un poco y a mí personalmente, este entreno de los domingo me viene muy bien, pues aparte de compartir entreno aprovechamos para inhibirnos de la rutina diaria.
Sin darnos cuenta llegamos al lago, no sé muy bien si el hecho de llevar mal el crono; o que el buen tiempo, hace mas fácil correr; o que quizá el ritmo es algo más lento de lo habitual, pero me encuentro descansado y Fernando me sugiere subir la cuesta del Paseo del Angel, "es para que no le tengas miedo el día 17" me dice con su típica guasa. La verdad es que no es gran cosa pero hay que reconocer que con más de 30 kilómetros no hay cuestas fáciles. Descendemos hasta la rivera y le sugiero llegar hasta el puente nuevo para estrenarlo y volver a casa para que nos salga más de 2 horas y terminar subiendo una cuesta.
Mientras termino de beberme el poco líquido que me queda, nos despedimos con un "cuídate! y un hasta el domingo que viene; pues a estas alturas cualquier inconveniente es peligroso.
El total hace unas 2:15 horas aproximadamente por lo que calculo unos 24 kilómetros más o menos.


Según el garmin, los datos oficiales de ayer, son:
19,32 km en 1:47:29 con 155 ppm (1º km en 5:48) 14ºC / Ride 2 (9:25)

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