Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Hoy once de noviembre de dos mil once, se especula con el número uno, el cual es sinónimo de buena fortuna para los numerólogos y sin embargo el mismo número es para los esotéricos señal de catástrofe, o quizá sea al revés.

Apocalipsis aparte, esta mañana ha sido el segundo día de mi fase de "reseteo" físico y mental, he madrugado con tiempo suficiente para no tener que hacer las cosas con prisa, y una vez vestido y preparado, he bajado a la calle sin el pulsómetro, sin mi toma de Ventolín®, sin gafas, sin lentillas y ante todo sin frío, aunque me haya quedado helado al ver la temperatura en la marquesina del autobús, la cual marcaba +14ºC, sólo he podido exclamar !! cáspita, pues quizá sea hoy el final!!!; al ver la alta temperatura en las fechas en las que estamos.
El domingo pasado en mi día de reflexión profunda tomé la decisión de volver a empezar, olvidarme de la intensidades, los ritmos, los entrenos de carga, etc. y volver a disfrutar de correr, y utilizar el footing como herramienta de descompresión, de este ritmo alocado y frenético del cual me contagio a diario. Por ello, he prestado atención a la zancada, a la postura, a la respiración, pensar en mis cosas y he intentado desconectar observando al cielo, y el juego que se traía éste con las nubes y la luna. 
De vuelta a casa he intentado repetir el mismo circuito que el pasado martes, pero al llegar al punto final he observado que el ritmo ha sido algo más rápido, y decido trotar hasta llegar a casa para completar los casi 2 minutos que me faltaban para completar el entreno, al llegar y para el crono observo con sorpresa que he recorrido la misma distancia, lo cual me da que pensar que puede ser una señal, ¿querrá decir que debo aprovechar el tiempo?, ¿que debo escapar de todo?, ¿que debo hacer cambios?, ¿que debo dejar de correr?, ¿que debo comprar lotería de la ONCE? –¡Eso, será eso!– exclamé durante me duchaba.
Mas tarde, cuando me dirigía al trabajo, al llegar a la esquina y ver al vendedor de la ONCE, he rebuscado entre los bolsillo según me acercaba a él, mientras le preguntaba !uno del once, once, once, por favor!, !A buenas horas, si están agotados desde hace días!!
!! Malditas señales !!! 

Hoy: 6,17 km en 0:40:12 (1º km en 8:28) 14ºC / Triumph 7

Comprobando un libro esta mañana, !no he podido resistir la tentación! 

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