Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Vuelve la camiseta de manga larga, y el entreno en solitario.

A pasado casi dos meses desde la última vez que entrené por la ribera del manzanares y hoy por fin me encontraba con ganas de volver a calzarme las zapas y salir a trotar. Las diferencias mas notables son la luz y la soledad. Los días son más cortos, amanece mucho más tarde y eso se refleja en las calles, la temperatura es algo más baja –marcaba 14 grados– lo que hace necesaria una camiseta de manga larga hasta que el cuerpo entra en calor, las calles están oscuras y eso debe influir en las ganas de correr, pues hoy no me he cruzado con nadie, lo que me hace pensar que la gente ya a vuelto a sus rutinas y se han despedido del verano.
Buenas sensaciones después de casi tres semanas sin correr, tenia ganas de encontrarme las piernas cansadas y olvidarme de la cautela y satisfacer de esa forma, la sensación de culpa por omisión de estos días de atrás.

7,5 km en 45:41 con 145 ppm


Y como uno no tiene termino medio, por la tarde he salido con Fernando a soltar la piernas durante una hora por la CdC con la bici. Era la primera vez que coincidíamos en esta modalidad y sino me equivoco desde la 1/2 Maraton de Feuncarral, no había vuelto a compartir las sendas de la CdC.
Aprovechando que anochece antes e intentado probar mis "luces" nuevas para que no corra peligro este otoño al volver a casa, pero había olvidado cargar la batería, aun así apunta maneras, es increible que algo tan liviano (17 gr) de tanta intensidad.


0 comentarios:

Publicar un comentario