Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Lo echaba de menos. El entreno en solitario se hace duro, pesado y desmotivador, por eso el domingo al salir con Ismael y Deli, recuperé cierta alegría en la zancada algo olvidada, y cierta ilusión y felicidad en mi interior. Ismael se presentó puntual en casa con la nueva camiseta del circuito de carreras y por primera vez me viene de talla (el color y el diseño me gusta). No coincidía con ellos desde Aranjuez (sino me equivoco) y ha sido gratificante entrernar con ellos.
La mañana había amanecido con un poco de niebla y esa humedad provocaba algo de fresquito, reforzado por el aire; pero que con los primeros minutos los cuerpos se desentumecen y empieza a sudar. Deli nos propuso una ruta alternativa a mi repetitiva "ruta de los puentes", pero esta vez subiendo dos veces el "camello"; esta se convierte en la única opción de endurecer el entreno en esta llanura manchenga. Hemos aprovechado al hora de entreno para charlar, reírnos, contar anécdotas y ponernos al día, algo que se agradece enormemente y despeja la cabeza y los dolores de piernas.
La sorpresa del día me la he llevado al ver mas gente de lo habitual, corriendo a esas horas por las calles del pueblo, me da en el "hocico" que esta edición de la Carrera popular va estar pero que muy reñida, ante todo el trofeo local.

10,05 km en 1:03:14 con 148 ppm

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