Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Con los frios de estos días y la lluvia de esta noche, el panorama pintaba peligroso.
Al levantarme y ver el patio mojado, he tomado dirección a la mesa del ordenador y mientras me vestía miraba con el rabillo del ojo la web de Accuwather; marcaba 1ºC y lluvias durante la siete, por lo que me han surgido dudas en la elección del uniforme de faena; y ya os podéis imaginar que no hemos acertado ninguno; ni yo con la ropa, ni la web con la predicción.
Por miedo a volver calado y así evitar la dichosa gripe, me he equipado con el chuvasquero que menos transpira. Al salir a la calle veo que marca 5 ºC y el cielo está despejado, y pienso –mala elección–. En las primeras cuestas, la sensación de agobio se ha manifestado, me he empezado a sentir agobiado, notaba mucho calor y el sudor recorría mi espalda. lo cual se ha incrementado con el paso del entreno. Desde el principio he notado las aceras muy escurridizas y en algún paso he notado la rodilla muy inestable, lo cual me ha echo estar muy alerta durante la primera mitad del entreno, después me he despistado un poco, estaba más pendiente del sudor y de tomar aire fresco que de la calzada, y cuando había terminado lo duro y me dirigía a casa por la calle atocha al llegar a la altura de la Plaza Mayor, he tenido el acierto de coincidir con un camión de reparto que echaba hacia atrás, en la única zona adoquinada de la calle, por lo que al intentar frenar me he escurrido todo lo largo que soy (más bien bajo); dando con mis huesos en el suelo. Golpe sin importancia y terminando un entreno de sudor y lágrimas.

11,84 km en 1:09:47 en 156 ppm (1º km en 10:58) 4ºC / Jazz 12

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