Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Recuperado del fin de semana y con las piernas repuestas de la acumulación de kilometros y ante todo de volver a tomar el ritmo frenético de Madrid, hoy me he topado con la sorpresa encantadora de la niebla. Es la primera de este año, que coincide con un entreno y le da un carácter distinto al hábito y una nueva estampa al circuito usual. La humedad no es buena consejera para el asma, pero la bruma que aporta la niebla hace que los pulmones se empapen como la tierra y se sientan nuevos, revitalizados, lo que favorece al ritmo de entreno.
Como Gallardón o el responsable de urbanismo sigue en sus trece de dejar cierta parte de la Ribera del Manzanares sin luz, sumando además la bruma de esa hora y añadiendo a la operación matemática que corría sin lentillas (–vamos que no veía una "mierda"–), he tomado el circuito ciclista con dirección puente de los Franceses, y lo que era un rodaje tranquilo se ha convertido en una gincana; sorteando vallas, esquivando charcos, bordeando aceras y maquinaria de construcción. Hacía meses que abandoné este itinerario pues la orilla del río que transita por la calle Ribera del Manzanares estaba en obras de acondicionamiento de aceras. La sorpresa me la he llevado al cambiar de orilla pasado el puente y encontrarme la calle Aniceto Marinas, en el mismo estado que la anterior meses atrás.
Al final me ha salido un entreno más rápido de lo esperado y con las piernas recuperadas aunque al final del rodaje he notado ciertas molestias en las tibias; ¿se deberá tanto saltito?

9,83 km en 1:00:13 con 144 ppm (1º km en 8:46) 4 ºC /Ride 2

0 comentarios:

Publicar un comentario