Un constante billete de ida y vuelta

Salida entretenida, divertida y COMPARTIDA.

Sonó el timbre que anunciaba la llegada de Julián. Desde este verano no compartía ruta ciclista con él y esta vez me tocaba a mí hacer de guía por la CdC. Nos entretuvimos paseando por mis parajes (la CdC es como mi patio), el ritmo era tranquilo y nos permitía hablar y ponernos al día, lo cual no hacíamos desde hace mucho tiempo. Nos hizo un día estupendo (o al menos para mí), me encantan los días fresquitos y con la luz de invierno, la cual deja bonitas postales al colarse entre los arboles.

Físicamente me encontré algo cansado, pues las series del miércoles y las cuestas de ayer me tienen las piernas algo cansadas, y no me he recuperado de la carga de kilómetros, de echo lo he notado en algunas cuestas como la del teleférico donde he tenido que subir bastante el cambio, pues las piernas estaban bloqueadas y la respiración alocada.

Sin darnos cuenta se nos hecho la hora encima y Julián me regañó por no haberle dejado echar su típico bocadillo en su no menos característico "porta" (o trasportín) y por si fuera poco, olvidé la cartera para tomarnos un piscolabis mirando al lago. Por lo que volvimos a casa con el estomago vacío.