Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Hoy no he necesitado despertador. Eran las 6:26, según el despertador y ya me encontraba con los ojos abiertos como una lechuza, intranquilo, desvelado y nervioso, porque no recordaba para que servían los sobres 1, 2 y 3, que ayer explicaron en la reunión de la composición de mesas electorales.
La conciencia me decía que habiendo pena de prisión y multa era imposible que el titular no se presentara, pero aun así, el subconsciente me repetía "Pues como falle!!!", y con esas me encontraba, de madrugada y repasando como si hubiese examen.
Más tarde me levante a desayunar, pues sino desempeñaba la función de presidencia, había quedada para entrenar con el club, por lo tanto había que desayunar fuerte, pues no me quedaría tiempo a la vuelta para hacerlo.
Al llegar al colegio me encontré a Germán igual de nervioso que el que escribe, con la incertidumbre de si seremos afortunados con el premio o si esta nos será esquiva, términos en esta ocasión invertidos, pues esta vez el premio no era agradable o por lo menos de mi gusto. Resuelto el enigma y de vuelta a casa para cambiarme rápidamente, bajé a Mosquito corner's como le gusta a JCarlos nombrarlo. Ya allí nos juntamos siete para terminar en el monte y evitar el bochorno previsto para el día. Nos entretuvimos más de la cuenta para salir, por lo que había cierta prisa para hacer el entreno, los primeros kilómetros todos agrupados, charlando de todo un poco y con ello el típico despiste de darle bien al crono, por lo que durante unos minutos el "chino" no ha contado distancia, ni tiempo. Subsanado el despiste proseguimos el entreno, todos a un ritmo más o menos tranquilo donde iban relevándose en cabeza, Manolo, Beltrán, Pepe y Gonzalo y después le seguíamos JEnrique, Francisco y yo, así hasta el kilómetro 4 o 5 más o menos cuando Francisco fue perdiendo el ritmo, lo cual tengo que reconocer que me valió de excusa para bajar el ritmo, recuperar algo el aliento y las piernas las cuales notaba algo cansadas de esta semana. Aunque me ha costado convencer a Francisco que no era por él, sino que estaba cansado de los entrenos y que esta mañana me encontraba con el estomago revuelto por el "ansia viva" con la que cené por la noche el sábado; pero tengo que reconocer que me apetecía correr con él e intentar animarle durante un rato, o tal vez solo escucharle para que se desahogase un poco, además bastante entrenamos solos durante la semana para dejarlo en la misma situación el domingo; por algo nos juntamos, ¿no?
Seguramente si me leyera, tal vez me preguntaría ¿porque escribes sobre mí?, pero se me rompe el alma comprobar como una persona vital, con sentido del humor, con un carácter alborotador, y que no pasa inadvertida en grupo, esta sufriendo de la manera que lo hace él y todos sus compañeros de trabajo. Y aun así, os puedo asegurar que sí al final completamos las dos vueltas al circuito fue por sus ganas, por su tenacidad, por su coraje y orgullo; pues varias veces le incité a recortar, a lo cual siempre me contestó como si le deshonrara "No hemos venido para eso, ¿no?".
Hoy he aprendido otra gran lección.
Por él y por otros muchos más, merece movilizarse.

13,56 km en 1:09:25 con 172 ppm (1º km en 5:22) --ºC / Triumph 7

0 comentarios:

Publicar un comentario