Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Cuesta madrugar sin objetivo, pero recompensa ir mas ligero de ropa y no sentir calor aún. Me a costado hacer memoria, centrarme y saber porque motivo el despertador tocaba a esa hora "!Ah, que he empezado de nuevo la rutina!" me he dicho, me he calzado las triumph he repetido uniforme y con estas a la calle.
Al salir del portal olía a humedad, e incluso he pensado que si lloviese de forma fina, se convertiría en un día de entreno ideal. Hoy he tomado la decisión de olvidarme del Ventolín® durante un tiempo, aunque ello suponga bajar la intensidad de los entrenos y disfrutar de ciertos rodajes tranquilos, y contagiado de la tranquilidad y del ritmo suave; al llegar a la ribera, tome rumbo hacia Legazpi. A estas alturas y siendo el segundo día que salgo las piernas las noto torpes y cualquier molestia, tirantez hacen saltar las alarmas. Pasados los veinte minutos y comprobando que el paseo era muy tranquilo me decidí por realizar de forma mas ociosa la jornada y cambié de orilla para regresar a casa, a la altura del antiguo parque de la Melonera, el recorrido comenzó a hacerse serpenteante, la recta se transforman en espiral lo cual te hace volver al punto de partida, y sin saber como aparezco en una vía asfaltada, cuyo olor aún perdura y que me conduce a la entrada de coches del parque, donde los arboles han dado paso a vallas y el alquitrán se ha convertido en tramo de tierra bacheada utilizada por los camiones, decido que el nuevo diseño de los jardines no me convence y añoro el antiguo de forma tradicional, que no requiere, ni necesita de tanta agua.
Consigo encontrar la salida, que me conduce de vuelta a la otra orilla y donde compruebo que he perdido mucho tiempo y el ritmo.

8,35 km en 51:43 con 140 ppm (1º km en 8:24) 16ºC / Triumph 7

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