Un constante billete de ida y vuelta

Después de haber descansado el último fin de semana, este tocaba vuelta al pueblo, para disfrutar de la familia, la romería y del cumpleaños de mi padre. Me he despertado cansado después del día de ayer en Titos, pero inyectado de optimismo por el cariño recibido ayer por parte de la familia de Luisa.

Durante un tiempo he deambulado por la casa de un lado a otro, tenía pereza y cansancio acumulado de la semana y ese estado me tenía dubitativo para salir o no, en un momento dado corrí hacia la habitación me calcé las zapas y me puse el uniforme de verano, me di cinco minutos para encontrar la cinta del pulsómetro, pero al no encontrarla baje rápidamente a la calle para no cambiar de opinión, ya en esta me percaté de que no llevaba ni lentillas, ni gafas, ni perro lazarillo –total, es como si corriera cualquier día por la mañana– me dije.

El garmin tardó bastante en encontrar la señal, algo que no me sorprende, viendo el desconcierto de localización y coordenadas al que le estoy sometiendo estas semanas; mientras el hacía sus tareas, contemplaba el sol radiante con el que había amanecido el día y el suave aire que le acompañaba aventuraba una jornada ideal para dirigirme al parque rural, evitando de esa forma los charcos que se hubiesen producido con la tormenta de ayer, así puse rumbo al parque Rural. Al llegar observé que un grupo seguía festejando a San Isidro con el coche abierto y la "música" a tope y como no tenía ganas de aguantar chorradas decidí dar media vuelta al contrario y salir con dirección a la circunvalación. Antes de salir del parque quedó patente porqué necesito gafas, pues corrían delante de mí dos personas que supuestamente sabía quienes eran pero que no acerté. Lo primero que pude comprobar al tomar la circunvalación hasta el puente de renfe, aparte de que en esa dirección dé el aire de culo como siempre, es la tranquilidad y la escasez de tránsito de vehículos por la zona debido al éxodo de todos a Titos. Las piernas sigo sin sentirlas frescas, me falta motivación y lo peor es que en algunos entrenos me dejo llevar. La ida ha sido rápida, recuperando algunas sensaciones pero la vuelta con el aire de cara se ha notado y con el tiempo he vuelto a las andadas dejándome llevar con desidia.

Está claro me falta motivación y objetivo, al llegar a la altura del puente más cercano al parque hago cábalas para intentar no pasar de la hora de entreno y decido cruzar por arriba la circunvalación para no perder más tiempo y llegar a casa para tirar a mi padre de las orejas aunque el insista en que no es hoy sino "mañana".

11,38 en 1:00:25 con -- ppm (1º km en 5:22) ?? ºC / Triumph