Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Mañana muy fría. Da pereza incluso sacar el brazo fuera del edredón. Como siempre, los días de entreno parecen el día de la marmota, es un bucle; los mismos hábitos, las mismas costumbres, casi los mismos coches aparcados, casi los mismos que vuelven a casa a estas horas; bueno, estos últimos casi, porque en estas fechas tan festivas, no es extraño encontrarse algún grupo despistado, a los cuales la cena de empresa se ha prologado hasta los churros, y donde el animo está tan alto que cuando te ven pasar te jalean o corren a tu lado gritándote al oído "echamos una carrerita". Pero sus ánimos se han esfumado al ver en la marquesina del autobús la temperatura que hacía (o al ver el anuncio de intimissimi) –!!Va, no corro que éste va al gimnasio– dice uno; y pienso "con la botella de "GIN" te daba yo", mientras intentaba ponerle una sonrisa.
Después de haber sido "alientado" por el grupo trasnochador y pasados los primeros 25 minutos de calentamiento, me tocan series de cuestas, pero el motor no había entrado en calor y solo tenía un pensamiento en la cabeza !!! Esto no debe ser bueno !!!, realizando las tres primeras con la mirada fija el suelo, acompañado del crujido de las hojas heladas de los árboles al pisarlas. En la cuarta cuesta el cuerpo comienza a desentumecerse y el calor hace avivar el paso progresivamente en las siguientes, terminando las series muy contento; pero pensando si servirá para algo este trabajo el próximo domingo. Troto unos 10 minutos más y al pasar por casa decido subirme y entrar en calor. Mañana más.

Foto: http://www.fotolog.com/camberos/46007236

7 km en 52:29 con 144 ppm (1º km en 18:34) Ride 2 / -5 ºC

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