Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Me ha costado levantarme; el cansancio de la semana se ha notado y me he quedado dormido un ratillo después de apagar el despertador.
Pasadas las 10 de la mañana (horario tardío para mí), he tomado dirección parque rural, donde me he encontrado a Santiago, con la ilusión de un novato y con la esperanza de poder volver a correr. Después de despedirme de él, seguro que todavía era visible una pequeña mueca de gozo, pues esta semana por unas cosas o otras he ido recuperando a compañeros que tenía la actividad algo abandonada. Recordé a Santiago dándome consejos en el coche cuando nos dirigíamos a Albacete, en la primera carrera que compartí con el club, y escuchándole durante el trayecto me tranquilizó. Me acordé de J.Carlos, que reaparecíó en Valdepeñas el domingo pasado, y al que echado de menos en algún entreno pachangero, para poder charlar y reírnos contando tonterías. Me acordé de Ismael y su entreno de ayer y donde el pobre se resignaba, pues hay cosas que llevan su tiempo y no podemos acelerar. Y de esta forma me encontré con la valla de la vía del ferrocarril, terminando la primera parte algo controlada del entreno, ahora tocaba vuelta hasta llegar a la rotonda de la carretera de Villarrobledo y subir todos los puentes que me cruzara por el camino, para recordar que Madrid, no es plano y así hasta completar la 1:50 que tocaban hoy.
Pero cuando llevaba 1:35, me he dado cuenta que el circuito se había vuelto aburrido y que las piernas estaban bajo mínimos y llevaba unos kilómetros notando molestias en la planta del pie, lo que me ha hecho cambiar de sentido y volver a casa para no pasarme, pues 59 kilómetros en 4 días consecutivos. creo que son demasiados.
Hoy he aprovechado para entrenar el aspecto de la hidratación, y he podido comprobar que débil mentalmente, puedo llegar ser. No tengo la costumbre de beber durante el tiempo que entreno, y nos hemos acostumbrado a no beber nada en las tiradas largas, pero como se aproxima la fecha clave y las temperaturas no son tan frías, he cogido una botella de bebida isotónica que tenía y he salido a entrenar con ella, la idea era beber cada 5 kilómetros pero la tentación estaba tan próxima que al final no he controlado.

18,29 km en 1:41:12 con 156 ppm (1º km en 10:03)

Cuando hemos vuelto a casa, por fin, nos hemos encontrado en el buzón un resguardo de Correos, ya tendré mañana las nuevas zapas en mis manos. Luisa dice que estoy obsesionado con las cajas y las zapas. No conoce donde puede llagar la locura..... jajajajajja

1 comentarios:

Espero que pronto compartamos tonterias de nuevo, aunque me he buscado un buen socio para los domingos, el primo Juanin. El domingo en Ciudad Real, me acompañaran los Big Brothers. Situandome entre ambos seguro que no cojo ni una gota de aire jeje.

Publicar un comentario