Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Hoy me he levantado igual que me acosté ayer, con el moco caído, parezco un grifo averiado que no se puede cerrar. Lo peor es que sobre las cuatro menos cuarto me desvelé, tenía mucho calor pero el resfriado que tengo, me calentó la cabeza para que fuese prudente y no me destapara, lo cual hizo que la sensación de agobio se incrementara; y a las cinco sin pensármelo mucho más, me levanté; temiéndome que Morfeo me abrazara a la hora de levantarme.
Por lo tanto al madrugar tanto he tenido tiempo de ver el tiempo sin prisa y decidir lo que ponía, aunque esto último se está convirtiendo en una lotería estos días, el tiempo cambia muy frecuentemente y acertar es una labor de prestidigitador. Al salir a la calle me encontré el aire de cara y por casualidad y gracias al resfriado llevaba el cortavientos, lo que ayudó a no recaer con los fríos. Intenté recorrer las calles y dejar abandonado por un tiempo (hasta la vuelta) el circuito del río; salir de la rutina, correr con prudencia y vigilar el moco.

12 km en 1:10:02 con 148 ppm (1º km en 7:41) 6ºC / Ride 2

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