Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Hoy tocaba caviar, es decir tute del bueno. Por ello me he despertado con tiempo suficiente para no tener que correr durante todo el día. Al sonar el despertador ya tenía los ojos abierto, he dormido bastante bien y no me ha costado levantarme para ver amanecer. Mientras que me vestía he encendido la radio para distraerme y ponerme al día, y así es como puede cambia la rutina. Oigo en la radio que estaba jugando Nadal y que la cosa estaba tensa, decido encender la tele y ver como se desarrollaba el partido mientras terminaba los preparativos previos, y según transcurría el partido, yo me contagiaba del baile de San Vito, no por el resultado, sino porque no conseguía despegarme de la silla y mirando el reloj veía que el tiempo se echaba encima.
Con el partido terminado, me dirijo a la ribera para afrontar mis temidas series de cuatro mil metros. Las sensaciones no son buenas como casi siempre y el calentamiento transcurre por mi preocupación con la tibia, las molestia en el cuadricep, y calculando desde donde comenzar la series. Pero no consigo evitar que llegue el momento de afrontar los 12.000, pongo el reloj en marcha, tomo contacto, dejo cierta distancia para tomar un ritmo que crea que es bueno y me encamino a los primeros cuatro mil, suena el primer mil y compruebo que el ritmo está por debajo de los cinco, me animo y me digo "así hasta que no puedas más". Con el paso de los metros el corazón va acelerándose progresivamente y confirmo que las piernas se encuentran frescas, aunque por mi cabeza revolotea el temor de no acabar a tiempo, incluso cuando llevo los primeros 2.500 metros pienso brevemente cambiar el entreno por un 2 x 5.000 y así ahorrar tiempo, lo cual descarto pensando en el plan, y me digo "solo hace falta calentar las piernas corriendo y exigiéndome más". Termino la primera, con 19:23, las sensaciones son buenas aunque me cuesta coger aire para recuperar durante los 90 seg. marcados para ello. Llega a mi encuentro el chucho de hace unas semanas pero como estoy andando me evita, resoplo por última vez y me lanzo a por la segunda; las piernas están frescas e incluso tengo que frenarme en los primeros metros recordando lo apurado que terminé la semana pasada, las luz empieza a aparecer en el horizonte y no paro de hacer cálculos para predecir cuándo terminaré, y sin darme cuenta el chino me marca la finalización de la segunda serie, "la próxima no la acabo" me digo al ver los 18:23. Mientras tomo aire, decido empezar fuerte la última y aguantar el ritmo, pero los últimos dos mil han sido eternos, he perdido la cuenta de las veces que he mirado el crono creyendo que me caía la minutada al final, pero me he dicho apretando los dientes "Vamos Pablo".
Conclusión, pues que me encuentro bien, que las molestias supongo que empezarán a remitir según baje la intensidad y la cantidad en las próximas semanas.

3,77 km en 0:22:34 con 128 ppm (1º km en 6:23) 3ºc / Axiom 2
+
3 x 4.000 [1º: 19:23 con 155 ppm (04:51); 2º: 18:23 con 162 ppm (04:36); 3º: 17:45 con 168 ppm (04:26)]
+
1,9 km en 12:04 con 149; total = 17,67 km

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