Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Hoy he decido descansar más de lo normal, no he puesto el despertador; cuando mi cuerpo entienda que había descansado lo suficiente me levantaré. A eso de las ocho me encontraba en la cocina bebiendo un zumo y comiéndome media naranja, cambiando hábitos. Sentado delante del ordenador contemplo al fondo el cielo encapotado y como si tuviera una margarita empiezo a decir sucesivamente "me voy ahora", "mejor más tarde", "me voy ahora", "mejor más...".
Pasada aproximadamente una hora me equipo, me envuelvo en el chuvasquero pistacho de la media de Albacete y salgo a la calle. Ese momento comienza a chispear levemente, y pienso que hoy toca ritmo tranquilo, recuperar y disfrutar del agua. Sin embargo al llegar al puente de la M-30 pasado el Calderón, me he acordado de unos viejos amigos que me ayudaron en mis comienzos "runneros", y como es de día decido acercarme para saludarlos.
Cruzo el puente de Toledo y tomo camino al parque de la Arganzuela, al cual me ha costado reconocer, ante todo con la cantidad de maquinaria que se encontraba dentro de él, todo ello ha favorecido la desaparición por completo del aire de barrio que poseía y se vuelto minimalista, moderno e impersonal, todo ello liderado por un puente monumental que se puede contemplar desde la distancia, en forma de tuvo de papel de aluminio de cocina. He aprovechado para emular una actividad nacional, contemplar obras urbanísticas, criticar y opinar que eso no debía ir ahí o que aquello debe hacerse de otra forma.

Foto propiedad de: viditocho [http://www.flickr.com/photos/viditocho/]


Después viendo que no era tarde he aprovechado para acercarme al Parque Tierno Galván, el cual he visto muy abandonado pero al cual si he reconocido desde el principio, incluso creo que mantiene los baches de antaño cuando por la noche entrenaba por esta zona al desmantelarnos el parque minutos antes visitado. La vuelta ha tenido que ser lenta pues las ganas de salir de la rutina y visitar lugares olvidados me ha provocado entrenar con más intensidad de la prevista.

12,27 km en 1:07:46 en 141 ppm (1º km en 7:02) 10ºC / Ride 2

Sin embargo existen "locos" que no se apoyan en las vallas y se dedican a buscar algo que les llene e intentar luchar contra generaciones nuevas y posiblemente mejor preparadas, pero no tan sacrificadas. Se llama Marco Olmo, es ultramaratoniano de trail, y en 2008 a sus 59 años conquisto su segundo triunfo de Ultra Maratón del Mont Blanc (166 km con 9.500 metros de desnivel positivo) y cuya austeridad se refleja en una de sus frases "en la vida soy un perdedor y corro por vergüenza".
Quizá lo que verdaderamente haya sido en la vida; es ser un ejemplo.



Esto es el Ultra Trail del Mont Blanc

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