Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Fin de semana con cambio de hora, ya es algo habitual
que el cambio horario coincida con una carrera.

Al despertarme vi demasiada luz colarse por las cortinas de la habitación y pensé "Me he dormido!!!"; con el reloj en una mano y en la otra el movil me fui al baño para no despertar a Luisa, y allí entre bostezo y bostezo pensaba "si adelante las manecillas del reloj, o no lo hice; si el movil por el uso horario se habría actualizado solo; si... etc..."; con una ducha fría, la sensatez expulso a la confusión, y las piernas las sentí más relajadas, pues las tenía pesadas después del tour de ayer visitando la ciudad. Nos tocó bajar pronto a desayunar para poder coger el último autobús con dirección al centro.
Pero hubo que calentar dando un paseo andando hasta la salida, según nos acercábamos los colores característicos del mundillo running aparecían por las callejuelas para dirigirnos todos en masa al espectacular punto de partida; ya allí, realicé los típicos rituales del corredor, vaselina para los roces; dudar durante un rato, me pongo una o dos capas; supervisas por última vez todo; buscar un sitio para la ultima meada, y toca calentar un rato, me pierdo por callejuelas intentando encontrar un ritmo y compruebo que el paron de esta semana lo voy acusar, pues me encuentro pesado y torpe. Después de 10 minutillos y con malas sensaciones me despido de Luisa y me dirijo a la salida, miro constantemente de un lado hacia otros, pego los típicos saltitos de rigor (incluso estos los realizo de forma torpe), estiro algo las piernas y compruebo que estoy muy retrasado, pues unos metros por delante se sitúa el globo de las 2 horas.


Preparativos y despedida.

Se aproxima el momento y comienza a llover finamente, nos apelotonamos todos los corredores para guardar el minuto de silencio por Japón, roto por el cañonazo de la guardia que da la salida a la prueba. Los primeros metros son peligrosos, la lluvia que cayo durante gran parte de la noche hace resbaladizo el adoquinado de la calle, durante los primeros kilómetros corro en zig-zag esquivando a gente y llevando un ritmo suave para no quemarme en los primeros kilómetros y las primeras rampas, llevando en la mente la equivocación de salir tan retrasado y que me van a caer más de 1:50, como mínimo. Al lado y durante un rato llevo el mismo ritmo que la brigada de paracas, a los cuales acompañaba, y con tres o cuatro cánticos intento dejarlos atras para no perder mucho tiempo, pasado el tres aprovecho el terreno descendente para embarcarme en cuatro kilómetros con ritmo alto, para intentar calentar las piernas y recuperar las buenas sensaciones, pero al llegar a la Alameda, cambiamos por tercera vez de firme, y la calle se convierte en un paseo de tierra estrecho que impide adelantar, en esta zona voy pendiente de todos los que me rodean para evitar pisotones, empujones y accidentes varios y sin querer oigo "apretar los dientes y no miréis arriba", y nos encontramos de frente con el primer muro de kilómetro y medio, el cual paso rápido según el garmin, pero que me deja los cuadricep tocados y noto cierto cansancio.

El paso por el acueducto.

Llegando al acueducto se oye un murmullo atronador, la gente se vuelca con los corredores, nos gritan animándonos, cruzamos el acueducto y la calle se estrecha por la gente que aplaude y nos espolea con sus gritos para que ascendamos hasta la plaza mayor (este trayecto recuerda a las etapas ciclistas de montaña) y en esta zona no se corre, sino se vuela olvidándote de dolores o de la pendiente. Pasada la catedral la calle adoquinada se hace peligrosa, se encuentra en este punto un avituallamiento y el firme esta mojado, salimos del barrio de la judería me noto rápido y con ganas de dar batalla a mis piernas.

Según Luisa, pasé demasiado deprisa.

En los siguientes kilómetros hay una pendiente que visualmente no observas pero que las piernas acumulan, y donde empieza a sobrarme la segunda capa de ropa que me puse, aprovecho para pegarme a un grupo distraerme con sus comentarios y evitar dejarme llevar; al fondo una vista espectacular de Guadarrama cubierta de nieve, que abandonaremos al girar en la glorieta del pastor y empezar la ascensión del Tourmalet, en este punto me vengo abajo y pierdo contacto con el grupo que me había llevado, compruebo que me caen los segundos y me encuentro bloqueado, no avanzo, las piernas las noto duras y sin respuesta, incluso llega a pasarme por la cabeza la idea de parar. Como os he dicho esta zona es solitaria y psicológicamente muy dura, pero me he recupero al ver la fachada del hotel donde nos alojábamos, pues a partir de aquí conocía casi todo el circuito, he cogido aire, me he relajado pensando que quedaban una serie de toboganes y luego descenso rápido a meta; voy recuperando la respiración e intento alargar la zancada, pensando que no había porque reservar, y sufro una inyección de adrenalina al oír por megafonía la canción de ""Vertigo" de U2 (tantas veces escuchada en el ipod) que me alentará durante los siguientes kilómetros, pasado el 18 paso al grupo que había perdido y decido lanzarme hasta meta. La última parte coincide con el comienzo del acueducto y el bullicio se vuelve hacer patente, ensordecedor y te anima enormemente, sin embargo el recorrido se vuelve peligroso, pues se callejea por zona muy estrechas con curvas muy cerradas y el terreno por el que se transita está adoquinado y con un perfil de toboganes, pero cuyo final es apoteósico, al girar la última curva te encuentras de frente con los arcos del acueducto por el que hay que pasar, miro el marcado y solo llego a distinguir 1:46:...., he apartado la mirada he clavado los dientes de rabia e intentado dar lo que me quedaba hasta cruzar meta.
Paro el crono y veo 1:45:47, las sensaciones son agridulces, me encuentro físicamente agarrotado y me cuesta más de lo normal recuperar el aliento, y empiezo a asimilar la carrera, bebo gran cantidad de liquido y me llevo algo a la boca, me cargo de víveres para ir al encuentro de Luisa, al verme me dice "muy bien, ¿No?" y quizá esas palabras me tranquilizan y me hacen ser consciente de que el tiempo no ha sido tan malo y que me he equivocado en no entrenar los suficiente esta semana y salir tan atrás.

¡¡¡ Y este que ha ganado !!!

Solo puedo decir que es una carrera dura, pero magnífica, con un gran ambiente popular, fraternal y que te encuentras arropado casi en todo el trayecto, y donde la organización es de las mejores que he visto, con un sin fin de voluntarios que se ofrecen a todo y donde no hay límite de liquido, ni solido. Gratamente sorprendido.

Una fina lluvia cae durante la vuelta al hotel, ahora toca disfrutar de una relajante sesión de baño y una buena comida rematada por un gran postre de Chocolate.

Oficial:
Dorsal: 3261 / Pos. 1642 / Pos. Sex: 1611 / Tiempo: 01:47:05

Oficioso, palabra de Germin:
21,4 km en 1:45:47 con 168 ppm (1º km en 5:26) 4ºC / Axiom 2

El paso por kilómetro salio así: 1= 5:26; 2= 5:21; 3= 5:19; 4= 4:52; 5= 4:30; 6= 4:27; 7= 4:40; 8= 5:06; 9= 5:27; 10= 5:07; 11= 4:54; 12= 5:15; 13= 5:19; 14= 5:55; 15= 5:05; 16= 5:02; 17= 4:48; 18= 4:34; 19= 4:22; 20= 4:13; 21= 4:14; 1:42

2 comentarios:

Pues a mi me parece que te ha salido una carrera estupenda. De menos a mas, unos 4 km finales muy buenos, y mas considerando el castigo que ya llevabas, y ademas si miras la altimetria de la prueba......Un carreron Pablo. Mis felicitaciones.

Gracias JCarlos.
Fui muy tranquilo, demasiado relajado y eso influyo a no estar atento al colocarme en la salida y esa idea me rondo la cabeza durante toda la carrera.
Suerte para el domingo !!!

Publicar un comentario