Un constante billete de ida y vuelta

Mi vida la paso entre dos puntos y a veces al despertar no sé muy bien donde me encuentro, si en mi añorada localidad natal o en la queridísima ciudad de adopción

Algunos días uno tiene que sacar fuerzas de muy adentro para levantarse y no dejarse vencer, sin saber porque (bueno si lo sé) uno se siente débil, herido. Pero esta vez no tengo ganas de lamerme las heridas en casa para ocultarlas, creo que voy a dejar que cicatricen para que sean visibles a los demás, para que sepan que uno sufre y esta cansado de ser utilizado, pisoteado y agraviado. En el fondo, nuestra genética es animal; animales racionales, pero en definitiva animal. Por ello en ocasiones nos comportamos como tales, pues el instinto no lo hemos pedido, sino que yace dormido en algunos casos. Pero al final éste termina despertando.
Como terapia de recuperación os dejo esto.




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